Vestiduras( para mi amigo Jose)
Autor: yopis
Textos / Cuentos
Fecha: 28 Feb 2005 
 
Cierto día Belleza y Fealdad se encontraron a orillas del mar.Y se dijeron"Bañémonos en el mar.
Entonces se desvistieron y nadaron en las aguas.
Instantes más tarde Fealdad regresó a la costa y se vistió con las ropas de la Belleza,y luego se marchó.
Belleza también salió del mar,pero no halló sus vestiduras,y era demasiado tímida para quedarse desnuda,así que se vistió con la ropa de Fealdad.Y Belleza sigúió su camino también.
Y hasta hoy día hombres y mujeres confunden la una con la otra.
Sin embargo,algunos hay que contemplan el rostro de Belleza y saben que no lleva sus vestiduras.
Y algunos otros que conocen el rostro de Fealdad,y sus ropas no lo ocultan a sus ojos.
Lloverá de todos modos
Autor: ssshhh
Textos / poesía
Fecha: 04 Ago 2004 
 
.Vuélvete
y verás a la lluvia caer.
 
Lloverá sobre la nieve
colocada en el chubasquero.
Lloverá a lo largo de las callejuelas
de las tardes de sol y cigarras,
 
entre todas aquellas macetas
con geranios,
del balcón
que asoma a la plazoleta.
 
Se mojará la voz de mamá
sentada sobre tu cama.
Y aquella misteriosa
cajita de música.
 
Lloverá cerca de los tarros
de tomate casero,
y en el aroma de la lumbre
y en el de la panadería de abajo.
 
Se inundarán las hojas del suelo
del parque de Salamanca,
y el gorrito de paja
de las tardes de toros.
 
Se llenará de agua
el corro de la patata,
y los helados de vainilla
en noches de berbena.
Soledad 2
Autor: Edu
Textos / Poesía
Fecha: 26 Feb 2005

Cuando más solo me siento
es al caer sobre el día, la noche;
cuando la suavidad de la sábana
me abraza con su roce
y hace sentirme como en un sueño.
 
Sólo entonces despierto
al mundo en que vivo,
y me doy cuenta de cómo imagino
en cada toque, un abrazo;
en cada mirada, un guiño;
un beso en cada labio.
 
El ciego que quiere ver el sol
al final logra verlo en su alma;
logra verlo en su corazón,
pero su mente se engaña.
 
Veo abrazos, guiños y besos,
pero sólo como el ciego
que el sol no puede ver;
cuando es tan grande el sentimiento,
sin ser verdad, lo llegas a tener.
 
Pero siempre tropiezas en la oscuridad,
y esa es la luz que te despierta,
que te hace volver, a tu pesar,
a esa verdad que del sueño te aleja.
 
Tengo un amor, y estoy solo;
le compartí mi corazón, y ya no lo noto;
sólo le oigo gritar por las noches
su soledad y falta de cariño;
sólo me llora desde entonces...
Tengo un amor, y sin embargo,
estoy solo.
Ciudad Pacense
Autor: diesel
Textos / Diarios
Fecha: 25 Ago 2004

Querida y difusa ciudad de mi subconsciencia:
 
Quizás el rumoroso paso de las aguas de tu Guadiana hayan dejado en mi finitud existencial la fresca sensación de la sed mitigada por el misterioso tejido de tus callejas y en algún oculto campanario de una de tus catedrales, cercana a tu famoso Puente de Las Palmas, en el sanvicenteño barrio de la carretera, la cigüeña de mis pensamientos (esa que enhebra la vida en los sacrosantos nidos del espíritu), pudo haber preñado de sentires mis ansias de amarte más cuanto más desconocida te tengo.
 
Estoy seguro de que tú, ciudad matricera de conquistadores, forjaste, con ardiente espada, tus señas de identidad en mi piel recién nacida; porque he visto muchas veces los rasgos significativos de Pizarro en el reflejo del espejo que cuelga siempre del almario de mis pensamientos. Y he llevado también a cuestas la gloriosa fatiga de Benalcázar en las inmensas travesías de los espesos caminares del vivir.
 
Badajoz, solanar espaciado en la frontera de mis inquietudes (allá donde las sombras del alcornocal se prolongan hasta la vecina patria del fado y la saudade), punto de partida para mi continua trashumancia de idas y venidas por las avenidas del idealismo bohemio y trasnochador... misterioso conjunto de ventanales abiertos al sueño, incógnita ciudad de la que sólo poseo un documento de natalidad y muy pocas horas de recorrer, silencioso y pensativo, ya treintañero y fugaz viajero de aventuras, la ventura de conocerte al fin. Ya sabes que tus hombres somos así. Tomamos el sendero de los emigrantes y nos lanzamos en busca de ocultos tesoros de los Eldorados de Ultramar. Pero sé que, antes de irme de este transitorio y transitivo mundo, tengo la ineludible e inevitable necesidad de volver a encontrarme contigo para ofrecerle un poema aftasí a algunas de tus esquinas extremeñas. Y como Gabriel y Galán yo también pido que te dejen así, tal como estabas en aquel amanecer...
Dicen que eres ciudad de hermosas mujeres. Es verdad. De hermosas mujeres de profundo sentimiento andalusí, portugalés y castellanista al mismo tiempo. Los pastores de la Extremadura (esos que cuando se van dejan las sierras de Soria tristes y a oscuras) lo saben muy bien. Y es lo que vengo a confirmar con mi sueño pacense y pacifista. Así, en el eterno segundo en que te escribo esta misiva, estoy a punto de comenzar a resoñar, una vez más, con aquella cigüeña que en algún oculto campanario de una de tus catedrales cercana al Puente de Las Palmas, construyó un nido humanístico el ocho de enero de mil novecientos cuaretna y nueve. No era una cigüeña procedente de la cosmopolita París del cancán y el vodevil sino, más bien, una humilde cigüeña procedente del laberinto conquense que, surcando los espacios… (CONTINÚA)
 
Lloverá también sobre el beso
del chico moreno,
incluso cobre su pelo.
 
Caerá agua
en lo alto de la escalera
de tía Luisa,
sobre las luciérnagas
de la calle "La muleta"
simpre rebosante
de madreselva,
y sobre la puerta
de la mujer de los piñones.
 
En realidad se empapará todo;
todo lo que se aleja
y todo lo que inminentemente
se acerca hacia ti.
 
Y tus ojos.
 
Y tú te tornarás nostálgico
con resignación,
de igual manera en que nadie
podrá nunca impedir
que haga frío en invierno
o caigan gotas de lluvia
sobre el tejado
en medio de una gran
tormenta.
vorem.com
Revista nº 1