Sin vela
Textos / Relatos
Fecha: 21 de Nov de 2005
Mi barco no tenía vela. Y en aquella oscura noche mi único contacto con la realidad lo formaba esa somnolienta sensación de que tus sentidos ya no te pertenecen, de tus pensamientos libres sin barreras, y una cabeza que no deja de repetirse aquellas mismas palabras una y otra vez. Totalmente deshinibido.
Frente a aquella pantalla seguía discutiendo, sobre esa insulsa ventana, mi reciente misoginía provocada por aquel monstruo que arrancaba mi cubierta con sus tentáculos mientras me sostenía la mirada. Aquellos ojos... Sucia rata.
Pero bueno allí seguía tambaleándome en el mar tumbado sobre aquel banco de chirriante silencio, mecido por la mano de ese océano que me tragaba y con tanta tranquilidad que la sonrisa ya afloraba a mi garganta, cuando lo inevitable te atrapa porqué levantarse del asiento, todo aquello me envolví, intentando crear esa nueva filosofía para ese nuevo momento, disfrutar de aquel último momento que en debería ser el último pero porqué levantarse del asiento.
Y allí seguía aquella ventana subyugada al resto, bajo conversaciones inservibles, noticias de ayer y comentarios de mañana. Un par de fórmulas, cuatro palabras, vidas enteras reflejadas en aquella hoja digital, once temas, 4 meses, un par de días de no levantarse a las 8...
Aquel viejo motor diesel se puso en marcha, lo suficiente como para trasladar aquel punto a otro margen de la hoja, tristemente encendido, acompañado por un par de olas intranquilas que se reían a su paso de su falta de compás, mareándolo como querían, se reian, como se reían.
Lunes, 8.30, frente a las puertas automáticas de la escuela, casi no sabía como habia llegado allí. El no levantar la vista del suelo ofrecía muchas ventajas.
Qué lejos queda la costa, y que bonito cielo hay desde aquí, total, porqué levantarse... Mi barco ya no tiene vela.