Como en esto del Cine Italiano de Posguerra el orden de los factores, igual que ocurre con las sumas en matemáticas, no altera el producto, he aquí una breve reseña de estos 20 Directores que he elegido tras una desmenuzada investigación; gracias, una vez más, a Wikipedia.
1.- Pier Paolo Pasolini.- Nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia y murió el 2 de noviembre de 1975 en Ostia. Fue un escritor, poeta y director de cine italiano. Pasolini nació en Bolonia, ciudad de tradición política izquierdista. Era hijo de un soldado que se hizo famoso por salvar la vida de Benito Mussolini, cuando el joven Anteo Zamboni atentó contra su vida. Empezó a escribir poemas a los siete años de edad y publicó por primera vez a los 19 mientras se encontraba estudiando en la Universidad de Bolonia.
Fue reclutado durante la Segunda Guerra Mundial; capturado por los alemanes, logró escapar. Luego de la guerra, se unió al Partido Comunista Italiano en Ferrara, pero se fue dos años después. Como director cinematográfico (se inició en 1961) ha creado una suerte de segundo Neorrealismo, explorando los aspectos de la vida cotidiana, en un tono cercano al de la Commedia dell’arte, centrando su mirada en los personajes marginales, la delincuencia y la pobreza que arrastra Italia desde la posguerra, y estableciendo un estilo narrativo y visual en el que priman el patetismo y la ironía sobre el humor grueso y a veces sórdido de sus historias. Debuta en 1961 con una película en clave neorrealista pero que abarca mucho más y sorprende a la crítica: Accattone, en la que inicia su relación personal y profesional con uno de sus actores fetiche (Franco Citti), quien, junto a su hermano Sergio Citti, había sido alumno de Pasolini cuando era profesor. Su segunda película, Mamma Roma (1962), es una obra ya plenamente neorrealista que se convierte casi desde su estreno en una de las cumbres del cine italiano de los 60, y que cuenta con una de las interpretaciones más aplaudidas de la memorable actriz Anna Magnani. Con El Evangelio según San Mateo (1964), Pasolini rompe con su trayectoria anterior (recordemos que Pasolini era un reconocido ateo, y que en 1963 fue condenado a 4 meses de cárcel por sus posiciones anticlericales en el film Ro.Go.Pa.G.), aunque no traiciona sus obsesiones personales ni las constantes de su cine, al presentar el pasaje bíblico en una lectura marxista (consecuentemente con su ideología de izquierda), y lo irónico es que el propio Vaticano en el año 1999 declarará ésta como una de las mejores películas del siglo XX en su retrato de las escrituras y de la figura de Jesús. Pajaritos y pajarracos (1966) es una de sus mejores obras (pese a las ya magníficas dos anteriores). Parábola política y humanística, inmortalizó al entrañable actor cómico Totó en una inolvidable creación, y es un film donde la música se hace protagonista de un modo único. Edipo Rey (1967), fue la primera cinta con guión ajeno, la famosa obra teatral de Sófocles, llevada al cine ese mismo año en una versión inglesa de menor repercusión comercial que ésta, que contaba entre su reparto con la maravillosa Silvana Mangano y uno de los actores favoritos del director, Laurent Terzieff. Teorema, estrenada en 1968, supone la consagración internacional de Pasolini, dotándole de un prestigio que incluso atrapó al público mayoritario. En ésta, sobresalen los trabajos de Terence Stamp y Laura Betti enmarcados ambos en una atmósfera sórdido-sensual que levantó algunas ampollas en su tiempo. Pocilga (1969), fue una de sus obras más crudas y realistas, de enorme polémica en su momento, se la consideró degradante, provocadora y obscena, lo que no evitó bastante éxito en los cines europeos. Medea (1970), con la diva Maria Callas entre el reparto, supone su segunda y mejor actualización-revisión-adaptación de una obra teatral de la Grecia clásica —esta vez de Eurípides-. Los años 1970 se inician con la llamada Trilogía de la vida (integrada por El Decamerón, 1971; Los cuentos de Canterbury, 1972; y Las mil y una noches, 1974). Pasaron por los festivales de cine de Cannes, Berlín o Venecia con éxito crítico-comercial y definieron la deriva del último Pasolini hacia propuestas más libres y menos narcisitas (pese a que esta trilogía enseña prácticamente lo contrario de cara al espectador). En 1971 aparece un curioso film con el título de Los cuentos de Pasolini, dirigido por Sergio Citti, que aprovecha el tirón comercial del italiano y de Ninetto Davoli (su otro actor fetiche) de cara a la taquilla. Un poco antes, en 1970, había aparecido otro film que «copiaba» el estilo pasoliniano y «adoptaba» a alguno de sus actores: Ostia, dirigido por Sergio Citti y guionizado por Pasolini. La carrera del cineasta se trunca cuando, en 1975, se estrena en los cines un film que convulsiona a toda la sociedad italiana y hace que el autor sea objeto de multitud de amenazas de muerte y presiones incluso políticas: Salò o los 120 días de Sodoma, en la que Pier Paolo adopta un tono autocrítico hacia algunos pasajes de su obra anterior y en la que adapta al Marqués de Sade con toda crudeza y con la mayor libertad con la que un creador se haya dotado a sí mismo nunca, desdibujando los límites convencionales y cinematográficos que encierran el erotismo, pornografía, expresión, sadismo, provocación y degradación humanas. Esto no evitó que, a raíz de este último film y en circunstancias aún no del todo aclaradas, Pasolini muriera asesinado a manos de un joven marginal, que lo embistió con su propio coche, en el balneario popular de Ostia. Era para entonces un intelectual ampliamente reconocido y gozaba de una posición económica acomodada pero, como se ha comentado, la polémica que le rodeó en vida se agudizó en los últimos tiempos, y la Italia «oficial» de la época acabó por hacerle pagar. Así, durante las primeras investigaciones, las declaraciones del presunto asesino acerca de que lo había matado debido a que el director le proponía tener relaciones sexuales, no convencieron a toda Italia y siempre flotaron en el ambiente las teorías de que ciertas personas poderosas del gobierno deseaban muerto al director debido a las críticas que hacía continuamente a través de sus películas, sus libros y sus discursos políticos a la vez que el dia de su asesinato desconocidos lo habian llamado para chantajearlo y devolverle rollos con escenas inéditas de Salò. Recientemente, en abril de 2005, unas nuevas declaraciones del supuesto asesino, quien ha asegurado que fueron en realidad tres jóvenes quienes le quitaron la vida a Pasolini aquella fatídica noche de noviembre de 1975, provocaron que un amplio sector del entorno político y cultural de Italia pidiese la reapertura del caso para esclarecer el crimen. Tras su muerte, se han realizado diversos homenajes y películas documentales que analizan su figura desde distintas percepciones, tanto biográficas al uso como ensayísticas sobre su repercusión a nivel internacional, su eco en el cine posterior, la verdadera dimensión de su universo personal, etc., no estrenadas en los cines españoles pero si vistas en alguna TV europea (RAI, Canal +). La noche antes de morir dio una entrevista, hoy famosa, a Stampa Sera, en la que recuerda el peligro del fascismo: intervista di Furio Colombo a Pier Paolo Pasolini.
2.- Federico Fellini.- Nació el 20 de enero de 1920 en Rímini y murió el 31 de octubre de 1993 en Roma. Fue un director de cine y guionista italiano. En su infancia, el joven Federico muestra un vivo interés por las películas de Chaplin y los cómics humorísticos estadounidenses llegando a decir: “Es evidente que la lectura intensa de esas historias, en una edad en que las reacciones emotivas son tan inmediatas y frecuentes, condicionó mi gusto por la aventura, lo fantástico, lo grotesco y lo cómico. En este sentido es posible encontrar una relación profunda entre mis obras y los comics norteamericanos. De sus estilizaciones caricaturescas, de sus paisajes, de los personajes siluetados contra el horizonte, me han quedado imágenes felizmente “chocantes”, imágenes que de vez en cuando vuelven a aflorar y cuyo recuerdo inconsciente ha condicionado el elemento figurativo y las tramas de mis películas”. Siendo aún estudiante en una academia de Rimini, el joven Federico envía algunos relatos y novelas a las revistas que Nerbini editaba en Florencia. Hacia 1937-38, con 17 o 18 años, Nerbini le contratará como corrector de las pruebas de imprenta de estas revistas, pasando el joven 7 u 8 meses en Florencia. También ejercerá de guionista de la serie Flash Gordon, con dibujos de George Toppi, cuando el el gobierno fascista prohibe la importación de cómics estadounidenses y los autores italianos han de continuarlas para no defraudar a sus lectores. En sus inicios también escribió guiones para la radio y secuencias cómicas para actores conocidos como Aldo Fabrizi. Fellini también produjo varios dibujos (principalmente en lápiz sobre papel), a menudo retratos cómicos, siendo así como el joven Fellini conoció el cine: su primer éxito fue como dibujante publicitario para películas. Avanguardista durante el Fascismo, sus primeras obras fueron para la Alleanza Cinematográfica Italiana (ACI), una compañía productora de Vittorio Mussolini, hijo de Benito Mussolini, a través del cual conoció a Roberto Rossellini. En 1944, tras la caída del Fascismo en una Roma apenas liberada de las tropas armadas, abrió una tienda de retratos y caricaturas, The Funny Face Shop. El mismo año comenzó su contribución a la película más emblemática del cine italiano de posguerra: Roma Città Aperta (Roma ciudad abierta). Fellini también escribió guiones para otros directores reconocidos como Alberto Lattuada (Sin piedad, El molino del Po), Pietro Germi (En nombre de la ley, La ciudad se defiende) y Luigi Comencini. Después de colaborar en los guiones de otros films de Rossellini: Paisá (Camarada, 1946) y L´amore (El amor, 1948); y debutar en la dirección junto a Alberto Lattuada con Luces de variedades en 1950, su primera película en solitario como realizador fue Lo sceicco bianco (El jeque blanco, 1951) protagonizada por el cómico Alberto Sordi y escrita por Michelangelo Antonioni y Ennio Flaiano. Durante el rodaje de esta comedia entre satírica y burlesca con ecos del omnipresente neorrealismo de la época, Fellini conoció a Nino Rota, el músico que lo seguiría por el resto de su carrera. La actriz Giulietta Masina con quien Fellini se había casado en 1943, se convirtió en su musa absoluta y en el personaje físico y sobre todo emocional que fascinó al público de medio mundo en títulos dorados del cine italiano como Almas sin conciencia, Las Noches de Cabiria, La Strada, Giulietta de los espíritus o Ginger y Fred. Otro actor que aparece constantemente en sus filmes es Marcello Mastroianni, quien estudiaba el arte de la actuación en la misma escuela que Massina, y que fue gran amigo del director. De hecho, Mastroianni aparece en algunas de sus películas más importantes, siempre interpretando el papel principal (entre ellas La Dolce Vita y Ocho y medio). Fellini trabajó también con actores como Anita Ekberg, a quien lanzó a la fama, Sandra Milo, los ya citados Sordi y Fabrizi, Anouk Aimée, Claudia Cardinale, Richard Basehart, Sylva Koscina, Freddie Jones o Roberto Benigni. Los guionistas con los que siempre trabajó (Bernardo Zapponni por ejemplo), lograron encontrar el modo de aunar diálogos y estructuras a la plasticidad, expresividad y enorme personalidad cinematográfica de Fellini (presente en la narrativa, encuadres, temáticas sobre lo onírico, el patetismo, la crueldad, la felicidad, la desolación, lo diferente, lo extravagante, la provocación, el humor, la farándula, lo mediterráneo…), y todo ello llega a desbordar rabiosamente la gran mayoría de sus películas. Su época de madurez está marcada por su distanciamiento con la crítica y por su pérdida de rentabilidad masiva de cara al mercado coincidiendo con dos acontecimientos clave: al final de la supremacía de los grandes estudios estadounidenses y europeos, y el relevo generacional tan rupturista como radical que se produce en los primeros años 70 en medio mundo se une ahora el auge de la TV como motor del ocio diario de la gran mayoría del público, acompañada de la fabricación de un nuevo invento que cambia el concepto de la industria del cine predominante hasta entonces: el vídeo doméstico. También ahora, la superación del cine de estructura clásica perjudica la carrera del cineasta ya que, paradójicamente, es ahora cuando el maestro italiano se vuelve —al menos aparentemente— más convencional en sus propuestas y su cine “pasa de moda” en aras de las nuevas corrientes del cine del viejo continente (el thriller de Jean Pierre Melville, el clasicismo filosófico de François Truffaut, el compromiso político de Pier Paolo Pasolini, las innovaciones estéticas y formales de Bernardo Bertolucci, el lirismo poético y metafísico de Andréi Tarkovski, el auge de los nuevos y jóvenes creadores (Rainer Werner Fassbinder, Wim Wenders, Carlos Saura, Ken Russell, Vilgot Sjöman, Hristo Popov). Sin embargo es, en este momento, cuando Fellini se vuelca en hacer obras más pequeñas y personales, con menor presupuesto pero de encomiable envergadura artística, ya que esta crísis profesional no resta valía a los proyectos que va rodando y estrenando y, ciertamente, cualquier cinéfilo recuerda vivamente I clown (Los clowns, 1970); Roma de Fellini (Roma, 1972); Ensayo de orquesta (1979) o E la nave va (Y la nave va, 1983).
3.- Vittorio De Sica.- Vittorio Domenico Stanislao Gaetano Sorano De Sica nació el 7 de julio de 1901 en Sora del Lacio y murió el 13 de noviembre de 1974 Neuilly-sur-Seine. Nació en Sora, en la provincia de Terra di Lavoro, en la región de Campania (hoy en provincia de Frosinone, Lacio), hijo del empleado de banco y asegurador Umberto (nacido en Regio de Calabria, pero de origen salernitano) y de la napolitana Teresa Manfridi. Figura clave del movimiento cinematográfico, conocido como neorrealismo italiano, al que contribuyó con dos destacadas películas, escritas en colaboración con Cesare Zavattini: Sciucià (traducida en España como El limpiabotas, Sciuscià es una deformación de la expresión inglesa «shoe shine»: el film narra la historia de un grupo de niños que durante la Segunda Guerra Mundial se ofrecen para trabajar como limpiabotas para los soldados estadounidenses) y su universalmente conocida Ladrón de bicicletas. Vittorio se inició en la escena cuando en 1927 ingresó en calidad de segundo actor joven en la compañía de Sergio Tofano, Luigi Almirante y Giuditta Rissone. La crítica destaca asimismo su film de 1961 La ciociara, que habría de valerle a Sophia Loren el Óscar a la mejor actriz. Como actor, destacó, entre otras muchas películas, en El general della Rovere, donde interpreta a un estafador de poca monta que acepta hacerse pasar por un general badogliano (partidario del presidente del gobierno Pietro Badoglio, militar nombrado para tal cargo por el Rey tras la deposición de Benito Mussolini y el armisticio del 8 de septiembre de 1943) abatido por los alemanes al intentar entrar en Italia para ponerse al frente de la Resistencia, y de la evolución moral del personaje de De Sica de estafador sin principios a héroe de la lucha antinazi. Para el rodaje de La puerta del cielo, Vittorio de Sica dio trabajo como extras a alrededor de 300 judíos y otros amenazados por el nazismo. Para evitar su captura y deportación, el director de Ladrón de bicicletas prolongó lo más que pudo el trabajo, permitiendo así que pudieran eludir el cerco nazi-fascista hasta la llegada de los aliados en junio de 1944. De su relación con la actriz barcelonesa María Mercader, nacieron dos hijos: el actor Christian y el compositor Manuel. De una relación anterior con la actriz Mimí Muñoz nació la actriz Vicky Lagos. Falleció el 13 de noviembre de 1974 en Neuilly-sur-Seine, Francia, tras una intervención quirúrgica.
4.- Ettore Scola.- Nació el 10 de mayo de 1931 en Trevico. Es un director de cine italiano, representante de la commedia all’italiana. Cursó estudios en la facultad de derecho de la Universidad de Roma. Desde mediados de los años cincuenta se dedicó a escribir guiones, algunos en colaboración con Ruggero Maccari, hasta que en 1964 debutó como director en Se permettete parliamo di donne. Destacan sus películas El demonio de los celos (1974), “Una jornada particular (1977), “La sala de baile” (1983) y “La familia” (1987).
5.- Luchino Visconti.- Nació el 2 de noviembre de 1906 en Milán y murió el 17 de marzo de 1976 en Roma. Don Luchino Visconti di Modrone, conde de Lonate Pozzolo, fue un aristócrata, actor y director de cine italiano. En 1935 se trasladó a París, donde colaboró con el cineasta Jean Renoir, con quien participó como asistente de dirección en Une Partie de Campagne (1936). Su obra se aproxima a los principios artísticos del neorrealismo. Obsesión (1942) fue la primera película neorrealista, movimiento que toma como antecedente al novelista Giovanni Verga; introdujo una nueva visión del cine, de la dirección de actores (frecuentemente no profesionales) y en la concepción de la realidad y de los problemas sociales. El neorrealismo no fue una escuela con principios y personalidades artísticas totalmente concordantes, ni en los directores ni en los guionistas, de ahí que se ha sostenido la existencia de una línea más idealista, representada por Roberto Rossellini, y otra, más próxima al marxismo o a las concepciones sociales afines, representada justamente por Visconti, entre otros. Uno de los teóricos marxistas más importantes, pues el neorrealismo también produjo una transformación en las teorías estéticas sobre el cine, fue Guido Aristarco, autor de La disolución de la razón, discurso sobre el cine de quien consideró que La terra trema (1948) era la película más lograda y avanzada ideológica y estéticamente, y que emprendía una búsqueda del hombre ante las cosas que no las sometía a éstas como permanentes por sí mismas, lo que constituiría una alienación, y que tampoco admitía una naturaleza humana inmutable (cine antropomórfico de Visconti). Con Obsesión Visconti trataba temas no aceptables hasta entonces por la censura fascista sobre la base de una novela de James M. Cain, El cartero siempre llama dos veces. Fue la ópera el primer amor de Visconti y el género sirve de marco o aparece conspicuamente en varias de sus realizaciones como en Senso, El gatopardo y en Ludwig, que narra la obsesión del rey bávaro por la música de Richard Wagner. El título La caída de los dioses alude a la ópera homónima de Wagner, trazando un paralelismo entre Wagner y la Alemania nazi. En el escenario operístico el milanés llevó al teatro de su ciudad, La Scala, a un nuevo esplendor con sus magníficas puestas en escena de La Traviata, Anna Bolena, Ifigenia en Táuride y La Sonnambula para Maria Callas. Trabajó en La Scala, París y Covent Garden en Londres en una recordada producción de Don Carlos de Verdi con Jon Vickers. Aparte de Callas, sus máximos colaboradores fueron Leonard Bernstein, Carlo Maria Giulini, y Franco Zeffirelli su más famoso discípulo. En Muerte en Venecia la música volvió a hacerse presente en la figura del torturado compositor. Al film se debe en gran parte la popularidad actual de la música de Gustav Mahler cuyo Adagietto de la Quinta Sinfonía enmarca cada escena. La colaboración artística entre Visconti y varios colegas (Claudia Cardinale, Alain Delon, Burt Lancaster, Nino Rota, Silvana Mangano, Suso Cecchi D’Amico, Alida Valli, Dirk Bogarde, Anna Magnani, Rina Morelli, Paolo Stoppa, Giorgio Albertazzi, Anna Proclemer y otros) suma prestigio al trabajo de uno de los máximos directores del cine y ópera del siglo XX , que junto a los directores Federico Fellini, Michelangelo Antonioni, Roberto Rossellini, y más tarde Pier Paolo Pasolini y Bernardo Bertolucci colocaron al cine italiano en un sitial de honor.
6.- Luigi Comencini.- Nació el 8 de junio de 1916 en Italia y murió el 6 de abril de 2007. Conocido por ser uno de los padres de la commedia all’italiana. Comencini dirigió a algunos de los actores más importantes del cine italiano, como Totò, Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman o Alberto Sordi, y del europeo, entre ellos Fernando Rey, Annie Girardot y Ángela Molina. Uno de sus grandes éxitos se remonta a 1953 con Pan, amor y fantasía, interpretada por Vittorio De Sica y Gina Lollobrigida. Con esta obra ganó el Oso de Plata del Festival de cine de Berlín de 1954. Se trata de una comedia rural de costumbres que tuvo sus secuelas en Pan, amor y celos y Pan, amor y Andalucía, esta vez dirigida por el propio De Sica. En 1960 dirigió la sátira antibélica Todos a casa. Luego dirigió también la versión cinematográfica de la novela de Carlo Cassola sobre la Resistencia, ‘La muchacha de Bube’, y a mediados de los años 1960 realiza el film dramático El incomprendido (1966). En 1972 su obra Sembrando ilusiones contó con un singular reparto: Sordi, Bette Davis, Joseph Cotten y Silvana Mangano; con esta película obtuvo dos premios David di Donatello. Ese mismo año realiza Las aventuras de Pinocho, sobre el cuento de Carlo Collodi, en principio pensada para televisión, pero luego distribuida en cines por su calidad y la interpretación de Nino Manfredi.
7.- Roberto Rossellini.- Nació el 8 de mayo de 1906 en Roma y murió el 3 de junio de 1977 en Roma. Rossellini es uno de los directores más importantes del neorrealismo italiano, contribuyendo al movimiento con películas como Roma città aperta. Nacido en una familia burguesa de Roma, su padre construyó el primer cine romano (un teatro donde podían mostrarse películas), garantizando a Roberto el pase libre de admisión ilimitado; Roberto comenzó a frecuentar el cine a una edad temprana. Cuando su padre murió, Roberto trabajó como técnico de sonido en películas, y por algún tiempo pudo trabajar en varios campos relacionados con la creación de películas, ganando competencia en cada uno. En 1938 giró su primer cortometraje, Prélude à l’aprés-midi d’un faune, después del cual asistió a Goffredo Alessandrini en el rodaje de Luciano Serra pilota, una de las películas italianas de la primera mitad de siglo con más éxito. En 1940 asistió a Francesco De Santis en Uomini sul Fondo. Su primer largometraje, La Nave Bianca (1941) es la primera de la llamada Trilogía Fascista, junto con Un pilota ritorna (1942) y Uomo dalla Croce (1943). A esta etapa corresponde su amistad y cooperación con Federico Fellini y Aldo Fabrizi. Cuando el régimen fascista terminó en 1945, sólo dos meses después de la liberación de Roma, Rossellini ya estaba preparando Roma, ciudad abierta (Roma città aperta, con Fellini asistiendo en el guión y Fabrizi en el papel del sacerdote), que él mismo produjo, obteniendo la mayor parte del dinero de créditos y préstamos. Este drama fue un éxito inmediato. Rossellini comenzó así su Trilogía Neorrealista, cuya segunda película fue Paisà (1946), filmada enteramente con actores no profesionales, y la tercera Germania anno zero (1947), patrocinada por un productor francés y dirigida en el sector francés de Berlín. Como declaró en una entrevista, para crear realmente el personaje que uno tiene en mente, es necesario para el director entablar una batalla con el actor que normalmente termina sometiéndose a los deseos del actor. Como no deseo estar malgastando mis energías en una batalla como ésta, sólo uso actores profesionales en contadas ocasiones. Se ha dicho que una de las razones de su éxito fue el hecho de que Rossellini reescribió los guiones según los sentimientos y las historias de sus actores no profesionales. Acentos regionales, dialectos y vestimentas se ven en sus películas del modo en que verdaderamente eran. Después de su Trilogía Neorrealista, Rossellini produjo dos largometrajes que hoy se clasifican como cine transicional: L’Amore (con Anna Magnani) y La macchina ammazzacattivi, mostrando realidad y verdad. En 1948 Rossellini recibe una carta de Ingrid Bergman proponiéndole trabajar con él y así comienza una de las más conocidas historias de amor en el mundo del cine, con Ingrid Bergman y Rossellini en la cumbre de su popularidad e influencia. Comenzaron a trabajar juntos un año más tarde en Stromboli terra di Dio (en la isla de Stromboli) 1950, cuyo volcán entró en erupción durante el rodaje), y en Europa ’51 1951. En 1953, Viaggio in Italia completa la llamada Trilogía de Ingrid. Esta relación causó un gran escándalo en algunos países (Bergman y Rossellini estaban casados antes de conocerse); el escándalo se intensificó cuando comenzaron a tener hijos (uno de los cuales es Isabella Rossellini).
8.- Giuseppe De Santis.- Nació el 11 de febrero de 1917 en Fondi y murió el 18 de mayo de 1997 en Roma. Es uno de los representantes del neorrealismo italiano que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Fue el hijo de Oreste (un reputado geómetra) y de Teresa Goduti. Desde muy joven se interesó por la literatura. Compuso y publicó relatos que trataban de la vida campesina y familiar. Entre 1935 y 1940 estudió Filosofía y Letras en Roma, aunque abandonará pronto la facultad para dedicarse a su auténtica vocación: la cinematografía. En esa época se relacionaba con un grupo de jóvenes intelectuales, que se agrupaban en torno a la revista Meridiano di Roma y alrededor de la Galería de Arte Cometa, que dirigía el poeta Libero de Libero. El grupo elaboraba por aquella época una poética y una visión artística global volcada hacia la interdisciplinariedad y marcada por la racionalidad y la concreción: precisamente fueron estos principios los que Giuseppe De Santis comprendió que podían ser ilustrados mejor utilizando el cine. En aquella época, la situación del cine italiano era deprimente, a causa de la limitación autárquica decretada por el fascismo contra la importación de películas extranjeras. Ante esa situación, un grupo de intelectuales reunidos en torno a la revista quincenal Cinema(que dirigía Vittorio Mussolini), en la que ya en 1940 tuvo Giuseppe De Santis una sección fija. De ese grupo formaban parte jóvenes con talento como Carlo Lizzani, Gianni Puccini, Antonio Pietrangeli. Esta revista es en parte responsable de la reunión de fuerzas partidarias de la cultura y contrarias al fascismo que tras la guerra contribuirá a la renovación del cine italiano. Durante los 40 De Santis acudió al Centro Experimental de Cinematografía, en el que se diplomó con brillantez y en donde pudo llevar a cabo sus primeras pruebas de dirección. Por esa época, trabó conocimiento con un importante grupo de jóvenes romanos ya implicados en la lucha clandestina antifascista, entre los que estaba Pietro Ingrao. Este grupo fue determinante para su orientación política, ya que como militante del PCI trató los problemas de la clase obrera y de los campesinos. Tras algunas colaboraciones con directores consagrados como Visconti (en Obsesión Ossessione, película en la que incluso firmó el guión) y Rossellini (en Desiderio), dirige su primer largometraje en 1948, Caza trágica, que por los temas que trata (la lucha entre los campesinos de una cooperativa y un grupo de terratenientes), el ritmo de drama popular, sin olvidar por ello las exigencias narrativas americanas (escenas movimentate e drammatiche, erotismo, etc.), inaugura la época del neorrealismo, a la que De Santis contribuye por medio de un riguroso análisis de las fuerzas sociales, una visión directa de la realidad humana y social (a menudo contrata a los actores entre la gente del lugar), pero fundamentalmente superando los modos didácticos de la cinematografía soviética y la ideología de la literatura nacional-popular con un uso original de la cámara, que reproducía cadencias y ritmos narrativos propios del cine americano. Estas características son en gran parte responsables del éxito de su siguiente película, Arroz amargo (1949), en la que narra la dura lucha por la vida de las recolectoras de arroz, en una historia que integra el análisis político marcado por la lucha de clases en la esfera privada de los protagonistas. En su hábil dirección destaca la interpretación de Silvana Mangano. Por esta película, De Santis y Carlo Lizzani obtienen la nominación de Hollywood para el Oscar al mejor guión. Los mismos temas, con un fondo de una sociedad campesina aún primitiva y conflictiva, la de su pueblo natal, aparecen en su siguiente película, Non c’è pace tra gli ulivi (1950). Con Roma, hora once, inspirado en un suceso que había tenido mucha repercusión que sucedió en Roma (1952), y Un marito per Anna Zaccheo (1953), que analiza la vida y los problemas de una criada preocupada porque su gran belleza representa un obstáculo para la vida sencilla a la que aspira, De Santis deja momentáneamente los temas ciudadanos y burgueses, en una Italia que en medio de la reconstrucción se orienta siempre más hacia la forma de vida americana. Su dirección destaca sobre todo por el uso original de la grúa y por la técnica del pan focus, con la que domina el movimiento amplio, aunque controlado, y en especial el movimiento de masas. Con Días de amor (1954) y Hombres y lobos (1956) vuelve a los temas habituales. En especial, Días de amor es su primera película en color y gana la Concha de Plata en 1955 para el mejor actor protagonista (Marcello Mastroianni) y el premio a la mejor fotografía en color en el III Festival de San Sebastián. Con La strada lunga un anno, que rueda en 1958 en Istria empieza la crisis del director: crisis de inspiración, cansancio, incapacidad de rinovarse profundamente en un período histórico muy crítico para la izquierda, que no consigue asimilar los acontecimientos negativos del comunismo soviético (desestalinización, represión sangrienta de la revolución en Hungría en 1956…) Pero todo el filón del neorrealismo entra en crisis, dejando espacio a la comedia ‘a la italiana’. La siguiente etapa en la dirección de De Santis se inicia con La garçonnière (1960) en donde narra la aventura extraconyugal de un hombre que, desilusionado, acaba volviendo al seno familiar; seguirá con Italiani brava gente (1964), una coproducción italo-sovietica sobre la retirada de Rusia de las tropas italianas, en la que de modo más subrepticio reaparece la ideología en forma de rebelión de los trabajadores de todas las partes contendientes contra la guerra, y termina con Un apprezzato professionista di sicuro avvenire (1972), un melodrama basado en los temas que habían triunfado en la comedia ‘a la italiana’. Pero el director no es capaz de adaptarse a las nuevas tareas, y la película carace de garra, a pesar de estar dirigida y montada con la habitual maestría.
9.- Alberto Lattuada.- Nació el 13 de noviembre de 1914 en Milán y murió el 3 de julio de 2005, en Roma.) Hijo del compositor Felice Lattuada. Inicialmente, Alberto mostró interés en la literatura, convirtiéndose, mientras todavía era un estudiante, en un miembro del equipo editorial de la revista quincenal Camminare… En 1940, inició su carrera cinematográfica como guionista y asistente de dirección en la película de Mario Soldati Piccolo mondo antico. En 1943, dirigió su primera película, Giacomo l’idealista. También codirigió Luci del varietà, el debut como director de Federico Fellini.
10.- Cesare Zavattini.- Nació el 20 de septiembre de 1902 en Luzzara y murió el 13 de octubre de 1989 en Roma. Fue uno de los principales teóricos y defensores del movimiento neorrealista. Aunque su fama se debe sobre todo a su trabajo en el cine fue también poeta, periodista y pintor. Se inició como escritor en Parma y posteriormente en Milán. En 1934 comenzó su incursión en el cine. Fue muy importante su colaboración, a partir de 1939, con el director Vittorio De Sica. Juntos realizarían películas tan importantes como Ladri di biciclette (o Ladrón de bicicletas en otros países) (1948), Milagro en Milán (1951, basada en la novela de Zavattini Totò il buono), Umberto D. (1952) o El oro de Nápoles (1954). Se rodaron más de ochenta películas con guión de Zavattini, dirigidas por los más importantes directores italianos y europeos, como Michelangelo Antonioni, Alessandro Blasetti, Mauro Bolognini, Mario Camerini, René Clément, Giuseppe De Santis, Federico Fellini, Pietro Germi, Alberto Lattuada, Mario Monicelli, Elio Petri, Dino Risi, Roberto Rossellini, Mario Soldati, Luchino Visconti o Damiano Damiani.
11.- Franco Zeffirelli.- Nació el 12 de febrero de 1923 en Florencia. Franco Zeffirelli es el nombre artístico de Gianfranco Corsi, cineasta italiano, director, diseñador y productor de óperas, teatro, cine y televisión. Dotado de sensibilidad y talento especiales para la concepción escénica, internacionalmente es reconocido por dirigir en la gran pantalla clásicos modernos, como su versión cinematográfica de 1968 del Romeo y Julieta de Shakespeare por la que fue nominado para el premio Óscar, su ambiciosa miniserie para la televisión Jesús de Nazareth (1977, estrenada en cines en algunos países) y la controvertida biografía-musical sobre Francisco de Asís Hermano sol, hermana luna (1972). Zeffirelli también ha sido miembro del senado italiano desde 1996, representando al partido conservador Forza Italia. Zeffirelli nace, se forma y crece en Florencia, en un ambiente bilingüe pues su familia tenía mucho contacto con un grupo de intelectuales británicos que ahí vivían y de quienes se inspiró años más tarde para la realización de su película Té con Mussolini (1999).
Durante la Segunda Guerra Mundial peleó como guerrillero antes unirse a soldados británicos del primer regimiento escocés, de quienes fue intérprete. En los años de la posguerra, estudió Arte y Arquitectura en la Universidad de Florencia, y trabajó con algunos de los grandes nombres del cine italiano como ayudante de dirección: Vittorio De Sica, Roberto Rossellini y Luchino Visconti, debutando como realizador en 1957 en una comedia, Camping, protagonizada por un entonces emergente Nino Manfredi. En los años 60, hizo renombre al escribir y dirigir sus propias obras teatrales en Londres y Nueva York, y pronto pasó esas ideas al cine. Zeffirelli también ha sido director importante de las producciones de ópera desde los años 50 en Italia, Europa, y los EE.UU.. Sobresaliente fue su producción en la Royal Opera House de Tosca (1964) con Maria Callas y Tito Gobbi, y varias producciones para el Metropolitan Opera House de Nueva York, incluyendo La Bohème y Turandot. Su amistad con Maria Callas llegó a ser muy estrecha, y la plasmaría en la película Callas Forever, donde Jeremy Irons encarna a un personaje que parece un trasunto del propio Zeffirelli. Tras empezar a ser conocido por el filme de 1967 La mujer indomable (versión de La fierecilla domada de William Shakespeare), donde dirigía a la pareja de moda del momento formada por Richard Burton y Elizabeth Taylor, da el salto definitivo a su revelación con Romeo y Julieta, colocando esta versión como una de las más logradas a nivel cinematográfico de la historia, y logrando todo un éxito de taquilla a nivel mundial. El filme marcó toda una época, y el éxito se repitió en la siguiente producción del cineasta: Hermano sol, hermana luna en 1973. Tras ellos, Zeffirelli comienza una carrera bastante irregular donde sobresale su versión del clásico de King Vidor de 1931 El campeón (rodada en Hollywood), sus óperas llevadas al cine con resultados más que interesantes al lado de Plácido Domingo (La traviata y Otello) y la lujosa versión de Hamlet estrenada en 1990 y recibida con entusiasmo por el público. Además, en 1977 produjo el ambicioso filme para cine y televisión llamado Jesús de Nazaret (1977), con una actuación muy convincente de Robert Powell y una duración de poco más de seis horas. Es una de las versiones de la vida de Jesucristo más famosas de entre los 140 filmes que han pasado por la pantalla, muy bien ambientada, de mayor rigor histórico que la mayoría y está bastante desmitificada, lo que provoca el consenso en casi todos los credos cristianos y quizás resulte la más recurrente en los canales de televisión durante la Semana Santa, ya que, por ejemplo en Chile, se ha mostrado en televisión ininterrumpidamente en cada Semana Santa por más de 25 años. En 1996, Zeffirelli da un giro en su carrera cinematográfica y comienza a bucear en otras inquietudes temáticas o estéticas, ofreciendo al público películas con repartos solventes, pero de más sobriedad y menor ambición artística: su versión de Jane Eyre merece interés, pero sus dos siguientes cintas se diluyen en guiones menos trabajados o certeros, y en puestas en escena más discutibles. En 2004, el Presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, le encomendó el diseño y supervisión de la escenografía en que se produjo, el 29 de octubre de ese mismo año, la firma solemne de la primera Constitución Europea, celebrada en la histórica Sala de los Horacios y Curacios del Capitolio romano. La decisión del Gobierno italiano resultó controvertida, pues Zeffirelli, nacionalista manifiesto, nunca se mostró un entusiasta de la integración europea. A pesar de todo, la puesta en escena resultó, a la vista de todos, espectacular.
12.- Carlo Ponti.- Nació el 11 de diciembre de 1912 en Magenta y murió el 10 de enero de 2007 en Ginebra. Esposo de Sofía Loren. Carlo Ponti estudió derecho en la Universidad de Milán. Al terminar sus estudios comenzó a trabajar en el bufete de su padre en Milán, pero muy pronto, a través de la negociación de contratos, se involucró en la industria del cine. En 1940, Ponti intentó establecer una industria del cine en Milán y produjo Tiempos Pasados de Mario Soldati, con la participación de Alida Valli en su primer papel importante. La película está ambientada en los tiempos del la unificación de Italia y trata de las luchas entre austríacos e italianos para conseguir la anexión del norte de Italia. En la Segunda Guerra Mundial, resultaba muy sencillo identificar a los austríacos con los alemanes y la película fue un éxito. Finalmente se consideró que perjudicaba las relaciones con la Alemania Nazi y fue retirada. En 1941, Ponti aceptó la oferta de Lux Film y produjo una serie de películas comerciales en Roma, protagonizadas por el cómico Totò. En 1954, consiguió su mayor logro artístico al producir La Estrada de Federico Fellini. Sin embargo Fellini siempre negó el mérito de Ponti y llegó a declarar que: «La Estrada se hizo a pesar de Ponti y de Dino de Laurentiis». Ponti también fue el productor de películas como Boccaccio 70 de Luchino Visconti, y Matrimonio a la Italiana y Ayer, Hoy y Mañana de Vittorio de Sica. En 1965 produjo el que sería su mayor éxito comercial, Doctor Zhivago de David Lean. Posteriormente produciría tres películas relevantes dirigidas por Michelangelo Antonioni: Blow Up, Zabriskie Point y El Pasajero. Hacia 1950, cuando participaba como jurado en un concurso de belleza, conoció a una aspirante a actriz llamada Sofia Lázaro, a la que contrató para participar en Anna. En 1952, su amigo Goffredo Lombardo, jefe de producción de Titanus, le recomendó que cambiara su nombre por el de Sofia Loren. En 1957, Ponti consiguió en México el divorcio de su primera mujer y se casó con Sofia Loren por poderes. En Italia el divorcio no estaba permitido y se le informó de que si volvía sería acusado de bígamo y Sofía de concubina. Ponti coprodujo varias películas en Hollywood en las que participó Sofía Loren, aunque la mayoría fueron fracasos de taquilla, logró forjarse una reputación. En 1960, el matrimonio Ponti se nacionalizó francés y finalmente Giuliana se divorció de su marido, permitiendo que Carlo por fin se casara con Sofía. Ponti sufrió dos intentos fallidos de secuestro, en uno de ellos su coche fue tiroteado. En 1979 Ponti fue juzgado en ausencia por robo de dinero y obras de arte y condenado a 4 años de prisión y a pagar la cantidad de 22 billones de liras. Ponti no acudió a la vista, ya que su nacionalidad francesa la hacía inmune a la extradición. En 1990 fue declarado libre de cargos. Ponti murió en Ginebra, Suiza. Le sobreviven su mujer y sus hijos: Carlo, que de niño trabajó como actor y que hoy es director de orquesta y director musical de la Orquesta Sinfónica de San Bernardino; Alessandro, productor de cine; Edoardo, director de cine; y Guendalina. Su cuerpo descansa en el cementerio de Magenta.
13.- Michelangelo Antonioni.- Nació el 29 de septiembre de 1912 en Ferrara y murió el 20 de julio de 2007 en Roma. Cineasta, escritor y pintor italiano. Murió el mismo día que Ingmar Bergman otro de los grandes cineastas del siglo XX. Se graduó en economía por la Universidad de Bolonia, llegó a Roma en 1942 donde cursó estudios en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Cinecittà. Allí conoció a algunos de los artistas con los que cooperó en los años siguientes; entre ellos Roberto Rossellini, “padre” de la escuela del Neorrealismo italiano. Se describió como anti-fascista, así como “marxista intelectual”, pero algunos autores dudan sobre su seguimiento a esta ideología. En contraste con su contemporáneo Federico Fellini, cuyas primeras obras giran en torno a la vida de las clases obreras y los inadaptados sociales, las películas más representativas de Antonioni en su primera etapa se basaron en las élites y burguesías urbanas y en cómo se relacionaban con un entorno que apenas entienden: “Crónica de un amor” y “La dama sin camelias” (con Lucía Bosé, madre de Miguel Bosé) son sendas óperas prima donde el director traza una reflexión nada complaciente del mundo burgués con apariencias de simple melodrama. “Las amigas” (1954), sobre un relato de Cesare Pavese y con destacable actuación de la menospreciada Eleonora Rossi Drago, empieza a conformar el estilo característico de su director, trascendie a una historia de por sí atractiva para experimentar con temáticas, expresivos estilos de narrar y encuadrar, estéticas con discursos de dobles lecturas, etc. En una ocasión, nada más, este director trazó su visión de lo burgués a través del punto de vista del mundo obrero: en 1957 “El grito” (con Steve Cochran y Alida Valli) no sólo supone su primera obra maestra absoluta, sino también el antecedente directo a la incomunicación del ser humano que tanto obsesionó al director en su famosa trilogía. Algunos críticos recomiendan este título para quien quiera ver una sola película de Antonioni que refleje con exactitud su personalidad y estilo.
La década de 1960 fue el momento del reconocimiento internacional del director y de su encuentro con Monica Vitti, tras el inicial fracaso-desprecio por “La aventura”. Tanto “La noche” como “El eclipse” fascinaron a toda Europa y cruzaron sus fronteras. En 1964, llegó su primer film en color y, para muchos, el principio del fin de su “reinado” con “El desierto rojo”. Una de sus obras más célebres es “Blow-Up, deseo de una mañana de verano”, basada en un relato corto de Julio Cortázar; ambientada en el swinging London y basada en la peripecia de un fotógrafo que descubre un asesinato a través de sus fotografías. Pese a su descomunal éxito, la carrera de Antonioni entró en una irregularidad artística y en una especie de bloqueo creativo del que no le fue fácil salir. De la última y menos conocida etapa del realizador, destacan “El reportero” (El pasajero)en 1974, (con Jack Nicholson y Maria Schneider) y “Chung Kuo” (1972), revelador trabajo documental sobre la China del momento, bastante más que “El misterio Oberwald” o “Identificación de una mujer”. Desde la década de 1990 trabajó proyectos tan ambiciosos como fallidos: “Más allá de las nubes” (1996) y “Eros” (2006).
14.- Sergio Leone.- Nació el 3 de enero de 1929 en Roma y murió el 30 de abril de 1989 en Roma. Fue guionista, productor y director de cine. Es uno de los directores más famosos de la historia del cine, y es sobre todo conocido por sus spaghetti western. Hijo del director de cine Vincenzo Leone, que a veces filmaba con el seudónimo de Roberto Roberti. Su padre fue director de cine hasta que en 1943 Mussolini le solicitó una opinión sobre un guión que había escrito y desgraciadamente Vincenzo fue sincero, a partir de ese momento nunca volvería a dirigir. Sergio, aún muy joven, entra en la industria del cine, y con 20 años es actor y asistente de dirección de Ladri di biciclette (1948) de Vittorio de Sica. Después estaría en grandes producciones estadounidenses rodadas en Europa. Entre ellas Quo Vadis (1951) de Mervyn Le Roy, Helena de Troya (1955) de Robert Wise, Ben-Hur (1959) de William Wyler o Historia de una monja (1959) de Fred Zinnemann. En 1959 le dieron la oportunidad de sustituir, por enfermedad, al director Mario Bonnard durante el rodaje de Los últimos días de Pompeya, aunque no pudo firmar la película. Su primera película oficial fue El coloso de Rodas (1960) y dos años más tarde sustituiría de nuevo a un director, Robert Aldrich, en Sodoma y Gomorra. Aldrich fue una influencia clave para Leone, con películas como Veracruz (1954), donde el perfil clásico del western se desdibuja con personajes más ambiguos y carentes de valores. A partir de aquí comienzan sus obras más personales, que se inicia con la famosa trilogía western, también conocida como Trilogía del dólar, en coproducción con varios países europeos y rodada en la región de Tabernas, Almería (España), así como en las proximidades de Carazo en la Sierra de la Demanda, Burgos . La trilogía obtuvo un inesperado gran éxito, conduciendo el western a su último período cinematográfico, el llamado spaguetti western, género muy cultivado en el cine de los 70, además de aportar dos nuevos talentos al medio, el compositor Morricone, amigo desde la infancia del director, y el actor Clint Eastwood, desconocido hasta entonces, al que el director contrata entre un grupo de actores. El personaje creado para Eastwood, “el hombre sin nombre”, es el prototipo de antihéroe del spaguetti western. Hombre duro y solitario, sin escrúpulos ni sentimientos y movido por el dinero. De esta manera Leone crea un icono del cine, personalidad ruda, pocas palabras, mirada de hielo, invencible en múltiples duelos. Siempre vestido con un poncho raído y un cigarro en los labios, es capaz de matar a sangre fría, si es necesario por la espalda, para conseguir su objetivo. Es un personaje que se convertirá en esteroetipo en múltiples films y que influirá de forma decisiva a directores, actores e incluso a los dibujantes de cómic actuales. Como anécdota curiosa, destacar que Por un puñado de dólares tuvo ciertos problemas legales al plagiar una película anterior de Akira Kurosawa titulada Yojimbo (1961).
Tras esta trilogía no deja la temática del western y filma una de sus obras maestras, Hasta que llegó su hora, un western crepuscular rodado en Cinecittà, Almería y en los mismos escenarios estadounidenses en los que rodó la mayor parte de sus películas su admirado John Ford. Tras un período más dilatado, vuelve al cine, casi por obligación, con ¡Agáchate, maldito!, que tiene menos éxito que sus películas precedentes y basada en la revolución méxicana. Esta película la dirige a última hora debido a problemas con el director elegido. Por último, dirige la que muchos consideran su obra maestra, Érase una vez en América, un “western moderno” basada en la época de los gángsters. En Europa tuvo gran éxito a pesar de las cuatro horas de duración, pero en EE. UU. se ofrece una versión recortada a casi dos horas, además de alterar su montaje (la historia fue contada linealmente y no como en la original en que se utilizan flashback). Sergio tuvo siempre a su lado a un amigo de la infancia, que hizo más grande aún sus películas, el compositor Ennio Morricone. Sergio Leone falleció en 1989, cuando estaba preparando la película Leningrado, debido a los problemas de corazón que sufría desde que entró en juicios con la Warner Bros por la película Once Upon A Time In America. La productora recortó en más de una hora el film y contrató para esta labor al encargado de montaje de Loca academia de policía. Leone, que planeaba retomar el género que le llevó a la fama, el western, tiene una calle dedicada con su nombre en la ciudad de Almería, España.
15.- Marco Bellocchio.- Nació el 9 de noviembre de 1939 en Bobbio. Es director de cine y guionista. Desde muy pequeño mostró vocación por el cine, ya desde la escuela de los salesianos de Bobbio donde estudió (y donde estaba considerado un alumno rebelde). Frecuentó el cine local de Bobbio y en 1959 marchó a Londres para estudiar cinematografía. Con veintiséis años dirigió en Bobbio su primera película, I pugni in tasca (1965), donde ya se evidencian las señas de identidad de su cine: su compromiso con el pensamiento de izquierdas y su mirada crítica hacia la sociedad. La película fue rodada con gran economía de medios, sufragada por la propia familia de Bellocchio (especialmente por su hermano Tonino) y rodada en la propia casa de la madre del director.[1] El mismo inconformismo y beligerancia política se advierte en sus siguientes obras, la película de ficción La Cina è vicina (1967) y el documental Il popolo calabrese ha rialzato la testa (Paola) (1969), este último producido por la Unione Comunisti Italiani. Con La Cina è vicina Bellocchio ganó el Gran Premio del Jurado del Festival Internacional de Cine de Venecia y el Nastro d’Argento del Sindacato Nazionale Giornalisti Cinematografici Italiani al mejor guión. En ese mismo año, participó dirigiendo el episodio «Discutiamo, discutiamo» de la película colectiva Amore e rabbia (el resto de episodios estuvo a cargo de Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Carlo Lizzani y Jean-Luc Godard). Evocó su infancia y su tiempo de estudio con los salesianos en la película Nel nome del padre (1972), en la que actuó Laura Betti. En su siguiente película, Sbatti il mostro in prima pagina, actuó Gian Maria Volonté. En 1974 intervino como actor en la película Pianeta Venere de Elda Tattoli. En 1975 estrenó la película Nessuno o tutti – Matti da slegare, en la que Bellocchio muestra crudamente las condiciones de vida en los manicomios. En 1977 rodó una versión de La gaviota de Antón Chéjov. En 1978 conoció al psiquiatra Massimo Fagioli, con quien inició una larga y compleja colaboración: Fagioli participó activamente en la realización de cuatro películas de Bellocchio: Il diavolo in corpo, La visione del Sabba, La condanna e Il sogno della farfalla. Tras rodar Armonica a bocca (1979) y Vacanze in Val Trebbia (1980), dirigió a Ángela Molina en Gli occhi, la bocca (1982) y a Marcello Mastroianni en Enrico IV (1984), basada en la obra teatral homónima de Luigi Pirandello. Su siguiente película, Il diavolo in corpo (1986) se basó en el libro de Raymond Radiguet. En 1987 rodó La visione del Sabba. Sus películas más notables de los años 90 son La condanna (1990) y La balia (1999), protagonizada por Maya Sansa y basada libremente en la novela de Luigi Pirandello. En 2002 dirigió a Sergio Castellitto en la película L’ora di religione (que en español se tituló La sonrisa de mi madre), con la que ganó el premio Nastro d’Argento al mejor director. Se narra la historia de la canonización de una madre mártir, muerta por suplicar a uno de sus hijos que cesara de blasfemar. La película está narrada desde la perspectiva de otro de sus hijos, que se ha apartado por completo de la fe. En la película Buongiorno, notte (Buenos días, noche, 2003) reconstruyó el secuestro y asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas. La película estuvo protagonizada por Roberto Herlitzka, Maya Sansa y Luigi Lo Cascio, entre otros. Buongiorno, notte ganó el Premio Especial del Jurado del Festival de Venecia de 2003.
En 2005 estrenó Il regista di matrimoni, protagonizada por Sergio Castellitto. Esta película participó en la sección «Un certain regard» del Festival de Cannes de 2006. Su película Vincere se rodó en 2008. En ella narra la vida de Ida Dalser, amante de Benito Mussolini y madre de su hijo Benito Albino. En 2010 dirigió para la RAI la transmisión en directo de la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi. Se realizó los días 4 y 5 de septiembre, con Plácido Domingo como Rigoletto, Julia Novikova (Gilda), Vittorio Grigolo (duque de Mantua), Ruggero Raimondi (Sparafucile), Zubin Mehta como director de la orquesta y Vittorio Storaro como director de fotografía. La representación tuvo lugar en los escenarios reales de la ciudad de Mantua en los que se ambienta la ópera. 148 países recibieron la señal en directo. Fue uno de los 756 firmantes del manifiesto publicado en 1971 en el semanario L’Espresso contra el comisario Luigi Calabresi, al que se le acusaba de torturador y de ser responsable de la muerte del anarquista Giuseppe Pinelli, quien falleció al caer desde una ventana de la comisaría de Milán cuando era interrogado por la policía. En 2006 fue candidato por el partido Rosa nel Pugno a diputado en las elecciones nacionales, abandonando por primera vez su apoyo al partido comunista para dárselo a la coalición socialista.
16.- Bernardo Bertolucci.- Nació el 16 de marzo de 1941 en Parma. Su película The Last Emperor (El último emperador) ganó nueve premios Óscar en 1988. También dirigió Pequeño Buda.
Su padre, Attilio, era poeta. Bernardo estudió en la Universidad de Roma, dónde se ganó una cierta fama como poeta. Se inició en el mundo del cine realizando cortometrajes en 16 mm con su hermano Giuseppe. En 1961 hizo de ayudante de dirección en Accattone, primer largometraje de Pier Paolo Pasolini. Un año después se estrenaba como director con La commare secca. En 1972 su película Il conformista fue candidata a los Óscar por el mejor guión adaptado. Dos años después él mismo era nominado para el Óscar a la mejor dirección, en esta ocasión para Ultimo tango a Parigi (El último tango en París). Su obra más premiada en los Estados Unidos fue The Last Emperor (El último emperador), que ganó nueve estatuillas en 1988, además de otros premios internacionales. El trabajo con Pasolini es una influencia que ha marcado toda su obra posterior, junto con la obra de otros directores como Godard, Kurosawa o los neorealistas. El suyo es un cine de autor. Sus principales características son un esmerado uso de la cámara y del montaje, y el trabajo de la fotografía con finalidades simbólicas. La mayoría de sus películas transcurren en escenarios aparentemente intrascendentes —grises, si se quiere— para el espectador occidental estándar, con la importante excepción de un grupo de películas ambientadas en lugares más exóticos como en The Last Emperor, The Sheltering Sky (El cielo protector) y Little Buddha (Pequeño Buda). Pero es destacable el hecho que la contextualización de la acción en escenarios europeos rehuye el recurso a los tópicos. El lugar de la acción parece, pues, un tanto accesorio a su devenir, insistiendo en las importantes excepciones antes mencionadas. Podríamos decir que las narraciones de Bertolucci parten de la cotidianidad para descubrir el surgimiento de la historia.
17.- Roberto Remigio Benigni.- Nació el 27 d eoctubre de 1952 en Manciano Misericordia. Actor, comediante, guionista y director de cine y televisión. Casado con la también actriz Nicoletta Braschi. Nacido en Manciano Misericordia (Arezzo) en 1952, obtiene una cierta fama en el mundo del espectáculo, hacia la mitad de los años 7O, interpretando divertidos y audaces monólogos (en teatro con “Cioni Mario fu Gaspare di Giulia”, escrito con Giuseppe Bertolucci; en televisión con “Onda libera”). En 1977 debuta como actor de cine con “Berlinguer, ti voglio bene” de Giuseppe Bertolucci, película en la cual se reproducen las escenas y el lenguaje de un personaje que Benigni ya había interpretado en el teatro. Tras el gran éxito obtenido en la transmisión televisiva “L’altra domenica” de Renzo Arbore (con el cual colaborará en 1980 con la película “Il pap’occhio” y, tres años más tarde, con “FF.SS.”), interviene en varías películas entre las cuales cabe recordar la hermosa “Chiedo asilo” (1979) de Marco Ferreri y la insólita “Il minestrone” (1981) de Sergio Citti. En 1983 trabajó por primera vez como director en la película a episodios “Tu mi turbi” (1983). Sucesivamente, su carrera de actor continúa con títulos de notable nivel entre los cuales sobresale “La voz de la luna” (1990) de Federico Fellini, además de “Bajo el peso de la ley” (1986) de Jim Jarmusch, “El hijo de la pantera rosa” (1993) de Blake Edwards y “Non ci resta che piangere” (1984), dirigida junto a Massimo Troisi. Con “Soy el pequeño diablo” (1988) empieza una feliz colaboración con el guionista Vincenzo Cerami: todas las películas que Benigni dirige a continuación cuentan con la colaboración de Cerami y todas son campeonas de recaudaciones de la correspondiente temporada. Con “Johnny Palillo” (1991) y “El monstruo” (1994), Benigni obtiene una gran popularidad, a pesar de que los resultados son artísticamente desiguales; la siguiente, “La vida es bella” (1997), consigue no sólo el habitual y estrepitoso éxito de público sino también numerosos reconocimientos internacionales entre los cuales cabe destacar el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes y tres Oscar (mejor actor, mejor película extranjera y mejor banda sonora). En 1999 es uno de los intérpretes de la película “Astérix y Obélix contra César” del director Claude Zidi, junto a Christian Clavier, Gerard Depardieu, Vittorio Gassman y Laetitia Casta. En el año 2002, Roberto Benigni sale con la película “Pinocho”, en el doble papel de actor y director.
18.- Dino Risi.- Nació el 23 de diciembre de 1916 en Milán y murió el 7 de junio de 2008 en Roma. Junto a Mario Monicelli, Luigi Comencini, Nanni Loy y Ettore Scola, fue uno de los llamados maestros de la Commedia all’italiana. Risi se convirtió en un respetado director tras el éxito de la película Pane, amore e… (1955), secuela de Pane, amore e fantasia y Pane, amore e gelosia, ambas dirigidas por Comencini. Entre sus películas más célebres se encuentran Poveri ma belli, Una vita difficile, Il sorpasso; I Mostri y Profumo di donna, la cual tuvo una versión moderna protagonizada por Al Pacino en 1992. En 2002, obtuvo el premio León de Oro a la trayectoria (“Leone d’oro alla carriera”) en el Festival de Cine de Venecia.
19.- Mario Bava.- Nació el 31 de julio de 1914 en San Remo y murió el 27 de abril de 1980 en Roma. Hijo del director de fotografía y escultor Eugenio Bava , y padre del también director Lamberto Bava. Pese a que estudió bellas artes pronto se pasó al mundo del cine, comenzando como cámara y más tarde pasando a director de fotografía. Como director de fotografía trabajó a las órdenes de directores como Jacques Tourneur. Después de dirigir algunos documentales musicales y algunas escenas de Caltiki, el monstruo inmortal o La batalla de Marathon, dirigió su primer film completo, La máscara del diablo, obra mítica del cine de terror italiano. Después de continuar en un par de films de terror con actores de la talla de Boris Karloff . Sus siguientes trabajos sirven para iniciar una nueva corriente cinematográfica, el Giallo. Generalmente se considera a Seis mujeres para el Asesino la primera muestra de esta corriente. Mario Bava y Dario Argento son los directores más represantativos de este género. Otro de sus clásicos es Bahía de Sangre, que puso de moda el cine de psicópatas. En sus últimos años vuelve al cine de terror y fantástico. Su última película fue Shock, antes de fallecer de un paro cardíaco.
20.- Francesco Rosi.- Nació el 15 de noviembre de 1922 en Nápoles. Francesco Rosi (Nápoles (Italia), 15 de noviembre de 1922. Rosi estudió derecho, a pesar de estar interesado en estudiar cine. Entró a la industria cinematográfico como asistente de Luchino Visconti en La terra trema en 1948. Realizó su debut como director en el filme Camicie rosse, un proyecto que tomó del director Goffredo Alessandrini, luego de que este abandonará la producción en 1952. Rosi logró fama como director gracias a su película de 1958 La sfida. Durante los años 1960, Rosi dirigió filmes que se centraban en temas controversiales. Uno de estos fue Salvatore Giuliano, por el que ganó el Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 1962. Entre 1972 y 1976, Rosi dirigió tres filmes que son consideras sus obras más importantes. El primero es Il caso Mattei, el cual ganó la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 1972, seguido por Lucky Luciano en 1974 y Cadaveri eccellenti en 1976. La 58° edición del Festival Internacional de Cine de Berlín rindió tributo a Rosi al exhibir 13 de sus películas en la sección de Homage, reservada a cineasta con logros y calidad mundial. Recibió un Oso de oro Honorífico el 14 de febrero de 2008.
Fin de la Serie. Espero que a los cinéfilos les haya gustado un poco, aunquee sólo sea un poco, este reportaje dedicado a las biografías de 20 de los mejores directores de cine italiano de posguerra (con la ayuda siempre inestimable de Wikipedia).
Conocía a Fellini, Bertolucci, Scola y Benigni, pero del resto no tenía ni idea.
Nunca está de más conocer un poco a directores de cine, para conocerlos y luego ver sus películas.
¡Gracias, Diesel!
A ti, Ismael, por darle importancia a mi texto.