Antesdeayer vimos el mayor funeral de la historia de la humanidad, de un Papa católico, y ayer la bendición eclesial con gran suntuosidad a un príncipe anglicano supuestamente en pecado.
Desde nuestra oración por Karol Wojtyla y el máximo respeto por Camila que ha vencido a un mito mediático, muchos consideramos que las religiones han sido presentadas en estos eventos como un extraño anuncio de turismo, curiosidad y morbo.