Cromos

El último texto de Carlos Montuienga ha hecho viajar a mi memoria hasta los confines de mi tierna niñez. !Qué entusiásticas oleadas de emociones inundaban nuestras almas infantiles con aquellos cromos que surgían, mágica extrasensorial, de aquellas chyocolatinas que nos hacían encsoñar con el Nautilus, las aventuras del Kon-Tiki o el avión supersónico que batió por priemra vez en la historia humana la barrera del sonido. !Y las razas humanas!. A la mujer tirolesa. al campesino mongol y al viejo jefe dakota, se podrían añadir el fiero guerrero watusi, la joven lapona de mirada esteparia o cualqueir otro rostro de aquella galería de personajes humanos que nos miraban cara a cara y que a mí me hicieron aprender a amar a todos los seres humanos. Y aquella colección de banderas, de todas las banderas del mundo, que con sus brillantes colores y las respectivas figuras humanas representativas de cada país me hieron aprender a respetar a todas las naciones. Y estaba aquella historia de animales que comenzaba con los antediluvianos habitantes de la Tierra, anteriores a la prsencia del hombre sobre la misma, y que contenía figuras tan extraordinarias como las del guepardo, el chow chow o las terribles pirañas amazónicas. !Cuántas soñadas aventuras en paises lejanos realicé con ellos junto al hogar deonde nos reunñiamos la familia numerosa al calor del brasero o al borde de la estufa de caqrbón!. Sigue Leyendo...