Alonsomanía: Otra leyenda urbana
Una de las mejores historias que se cuentan sobre Fernando Alonso, que si no es verdad merecería serlo.
Alguien me lo contó, de buena fuente, a través de un conocido que fue testigo directo. Sucedió en una reunión veraniega de jóvenes aficionados al motor, al tuning y a “darle zapatilla” al acelerador. El más temerario de ellos, propietario de un “buga maqueado a tope”, lo confesó en primera persona, ya de madrugada y tras demasiadas copas.
Más allá de la frontera,
donde el ave se hace brío,
existe todo un delirio
que a veces me desespera.
Quisiera tomar la esfera
de este mundo en desafío
y descubrir en qué río
se baña esta larga espera.
Mientras ella ese desvarío
me desprendo de lo mío
al caminar hacia afuera.
Y ya simplemente confío
en ser solamente un lirio
que en el alba se descierra
Renunciar a la trivialidad de lo directo puede darnos claves para encontrar las soluciones correctas.
La doble negación es común en el lenguaje cotidiano: “no sé nada”, “no es imposible”,… Conviene advertir que esta peculiar sintaxis paradójicamente indica insistencia en la negación o, por el contrario, afirmación. “No sé nada” equivale a “nada sé”, mientras que “no es imposible” significa que “es posible”.
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