Inocencio no puede comunicarse con nadie. No puede recibir dibujos de mujeres, parejas, mariposas, estrellas o pájaros. Inocencio gime desconsoladamente porque él no fue el autor del fallido atentado… pero Inocencio no pudo demostrar su inocencia por carecer de plata suficiente y ahora sólo viene su hija Anaí, de cinco años de edad, trayéndole un dibujo de pájaros volando sobre un maizal; un dibujo que el guardían de la cárcel lo ha roto en mil pedazos.
– ´!Tu papá no puede recibir dibujos de pájaros!. !Tu papá ya no puede ser nunca más libre y dentro de un mes el presidente va a ordenar que lo colguemos de un árbol!.