Mientras tú me buscabas, eras tú quien me negaba, pues yo estaba allí, cuando lágrimas corrían por tus mejillas pensando en mi, ¡Te vi! ¡Te vi!, estuve allí mientras suspirabas ante una flor que acariciada por el viento bajo el crepúsculo, hacías un conjuro sin saberlo, y por eso estoy aquí, junto a tu latir.
Yo te vi, porque mientras me buscabas, yo te miraba cuando tu lo hacías con aquella estrella, la más resplandeciente; y preguntabas por mi, y cada vez que palpitaba trataba de decirte ¡Aquí estoy! ¡Mírame, aquí estoy aquí…!, yo… alegre y deseoso de que me vieras mas no fue así.