Yo tambien estuve allí.

Tú en medio del escenario
declamando tu relato,
nuestro relato,
aquel que escribiste pensando en los dos,
en nuestro imposible amor.

Tu voz resonaba en el gran Teatro
rompiendo el silencio
con una cadencia armoniosa,
cada palabra que de tus labios surgía
era melodiosa, sutil, armoniosa.