Para Rosalía de Castro (muerta en 1885)

Las canciones que oyó la niña olían a perfume de azahar. Entre los ocultos fantasmas de lo soñado, alguien siempre llevaba un cántaro de leche para que la niña bebiese y las fuentes de agua brotaban de los versos para hacerle vivir. Los acentos de las canciones entonadas con el espíritu de las ilusiones sin fin hacía que ella, entre tinieblas, oyese siempre la esperanza de sus romanticos ensueños.

(Homenaje a Rosalía de Castro después de haber leído algunos de sus poemas en Las orillas del Sar).

Alguien llora en la ciudad.

Alguien llora en la ciudad, mientras todo el mundo tiene sus vidas pendientes del turbulento atropelllo de los placeres y la indiferencia hacia esa persona que está llorando. En realidad nadie sabe por qué llora ni lo que está pasando en la vida de esa persona, ni tan siquiera sabemos que está ocurriendo en realidad en la sociedad actual. Y todos continúan sin importar las lágrimas de alguien que llora en la ciudad.

Alguien se desespera y nadie es capaz de abrazar a esa persona. Todos están pendientes de qué hacer con el asunto de sus vidas privadas. No hay tiempo para consolar a quien sufre en la ciudad… porque el reloj de la Gran Ciudad (corazón metálico lo llamo yo) camina a toda velocidad sin detenerse a mirar a los caídos. Sigue Leyendo...

Tengo que posponer la muerte

Tengo que posponer la muerte
porque otros pueden tener
una mano tendida al frente
para poder los dos comprender.

Tengo que posponer la muerte
porque hay todavía otro ser
que quiere seguir la suerte
del camino al anochecer…

Tengo que posponer la muerte
porque tengo mucho que aprender
y hay muchas y frescas fuentes
de las cuales he de beber.

250 puñetazos en menos de 13 minutos.

Están contados con total exactitud. Bueno, en realidad son un poco más de 250 puñetazos en el rostro en menos de 13 minutos, pero he redondeado la cifra para hacerla más comprensible en la mente de los lectores. Esa es la cantidad de puñetazos que, en menos de 13 minutos, recibe en el rostro Silvester Stallone en la película “Rocky IV” en su combate contra su rival ruso. Todos los que conocen de boxeo (y así lo confirman también todos los médicos) saben que sólo 20 puñetazos de ese calibre (sólo 20) matan inevitablemente a quien los recibe. Y sin embargo Stallone !no sólo aguanta sin morir !más de 250! sino que se recupera milagrosamente y derrota por KO a su rival ruso!. Sigue Leyendo...