El camino de la vida.

De todos es sabido que la vida es una carrera sin vuelta atrás. No hay desvíos que te hagan volver a desandar el camino recorrido. Empiezas la marcha con tu vehículo recién estrenado. Poco a poco le vas añadiendo extras. Unas ruedas más potentes un motor renovado, las luces te indican el camino más nítidamente y así vas recargando el depósito, maqueando tu vehículo. Lo cuidas, embelleces y te sientes orgulloso de el.

Con el tiempo entras en una autopista de muchos carriles y te das cuenta de que otro vehículo se acerca a ti y decide hacer el camino a tu lado. Es mucho más grande y potente que el tuyo, lo ves hermoso y seguro. Te alegras de poder recorrer el camino junto a él Sigue Leyendo...

Huellas sobre la Vida

Huellas. Pasos lentos del reloj de la existencia sobre esta Vida llamada Tierra, llamada Mar y llamada Aire. Desde las distancias siderales entre planeta y planeta dejamos huellas humanas a través del Cosmos. Huellas. Sueños plasmados de caminos por las galaxias de nuestro pensamiento. Miles de ideas encadenadas haciendo hundir en la bruma del pasado la injusticia y el dolor humano. Huellas presentes en nuestras conciencas blancas, negras, rojas, amarillas y verdes. Los cinco círculos de la Tierra labrados por las manos artísticas de la Poesía. Poesía con mayúscula para demostrar que hoy, desde este hoy mismo, el sueño de la Libertad es posible. Sigue Leyendo...

Carmín.

Siempre hay un corazón
latiendo en las esperas de la noche.
Una forma de latir soñando
con la luz del alba amanecida:
sonámbulo recuerdo de las horas
colgadas en el reloj de la existencia.

Y crece la fe de los segundos
que eternizan la memoria en cada isntante…
y enciendes un cigarro en la noche
para darle luz a tu conciencia:
una forma de estar siempre presente
en la vida de las cosas olvidadas.

La noche del Tesauro (29)

Paúl se encontró, en el segundo piso del viejo caserón del Salón Tesauro, una amplia galería adornada con bellas flores en las paredes. Flores y escenas de la mitología egipcia. Allí estaba multitudinariamente representado un dios egipcio. No había ningún despacho por alli. Rememoró al dios representado. Era Baal. Su memoria comenzó a funcionar y pensó para sí mismo: “dios semítico cananeo; una divinidad
(probablemente el Sol) de varios pueblos situados en la Antigua Asia Menor y su origen era fenicio, cartaginés, caldeo, babilónico, sidonio, filisteo y, sobre todo, egipcio”. La proverbial memoria e intuición de Paúl se puso en movimiento. Si había alguien en Tesauro que adoraba a Baal tenía que ser el famoso Gran Señor del Mal. Sigue Leyendo...

La noche del Tesauro (30): Novela.

En ese mismo momento sonó el móvil que llevaba Paúl.

– Perdonen, caballeros… pero tengo que contestar si ustedes me lo permiten…
– Por supuesto que sí -respondió Manésh- con libertad, Paúl… con entera libertad…

Abrió la comunicación.

– Hola.
– Hola Paúl. Soy Arthur. Te llamaba para saber si necesitas que suba yo para poder ayudarte.