Cuando salimos de esos laberintos de calles y edificios que nos cobijan a tantos seres humanos, dándonos miseria, comodidad,consumo coherente o desmesurado, hambre y alimentos, riquezas y tantas otras cosas…
Una opción que tenemos es acercarnos a esas criaturas ignoradas, que nadie sabe como se llaman, pero que nuestra mente las denomina bosques.
Allí dentro hay otro laberinto, armoniosamente ordenado, desde luego no ha sido gracias al ser humano.
Son criaturas que nos ofrecen paz, temor, indiferencia , frutos, aire puro para respirar… Muchos regalos podemos recibir de esas criaturas. Y sin embargo ¿que les podemos dar ? ¿Esas criaturas esperan algo de nosotros ?
Archivo por días: 12 enero, 2010
Con las manos vacìas
Me inventè un amor de apariencia divina
y me forjè esperanzas y grandes ideales.
Me sorprendì soñando a la luz matutina
y esperando por tì , al caer de la tarde.
Pero yo no contaba con la realidad mìa.
Que yo, era un ave errante que sin patria vivìa
y sentì pena en mi alma que tan solo pedìa
un poquito de amor en mis manos vacìas.
MEMORIAS DE LA GOTERA
ENERO: Pirracas.
El gato siempre corría a lo largo del pasillo y saltaba por encima de mí mientras yo dibujaba con mis lápices de colores “Alpino” un triángulo equilátero en la hoja blanca de mi cuaderno escolar. Eran tiempos en el que la vía del tren estaba poblada de bulliciosos niños jugando a ser mayores. Yo seguía leyendo “Peñas arriba” y “La venta de los gatos” de José María Pereda mientras Pirracas me miraba desde la sombra del largo pasillo con sus hondos ojos de color azul. Las tardes eran como sueños salidos de Robert Louis Stevenson; relatos fantásticos envueltos en los contraluces de la existencia. “La isla del tesoro” me guiaba hasta la taberna a donde mi padre siempre me enviaba para llenar la bota de vino y, después, marchábamos, él y yo, hacia aquel riachuelo donde me entretenía con los sonetos de Santillana. Pirracas seguía saltando por encima de mí en aquellas tardes madrileñas en las que la luz se reflejaba en los ojos azules del gato.
De cómo llegar a Conques partiendo de México Distrito Federal
Lo primero que es necesario hacer es situarse entre la aglomera,ión de habitantes de México, en el Distrito de Anahuác. a 2.250 metros de altura sobre el nivel del mar: 13.636.127 habitantes mexicanos entre nativos y turistas. Después nos vamos a visitar, una vez salidos de tanto follón de habitantes, al Templo Mayor Azteca, junto al Zócalo donde se alza la Catedral de los siglos XVI y XVIII, deteniéndonos (para tomar aliento) en la capilla barroca del Sagrario.
Playa…
Playa… tus ojos miran la ola que me da el beso mientras tú respiras… y en en tu cuerpo se queda grabada mi alma en forma de clavel. Un clavel apretado entre tus senos mientras la playa arde de conquista recordada. Playa… una fuerte corriente de suspiro me abre el pecho y se enrosca en tu cintura ajustándose a tu vientre. Playa… Reecuerdo que nunca muere. Recuerdo eterno. Un amor nunca vencido que se columpia entre tus brazos y lo acunas y me lanzas al mar para que me hunda con tus sonrisas submarinas. Playa… Jugamos al amor rodeados de caracolas y allí, en la fina arena, tu cuerpo descansa lanzándome sus llamas. Playa… Me quemo entre tu boca y tus labios trazan un perfil profundo en mi corazón. Playa…
Pajarillo
Como pajarillo que vuela
Te siento en mi corazón
Sin saber porque, no se
Vuela, vuela pequeño, amigo gorrión
Que mi amor es una almena
De altos torreones
Y sinuoso bastión
Juntos miraremos paisajes
Desde el mas alto escalon
y del saber nada sabremos
salvo el saber mas oscuro y atroz
que luz se alza en tinieblas
en el mas fiero torreon