Me llegan los nombres…

Me llegan los nombres bajo la sombra del pequeño árbol donde los gorriones se cobijan de la lluvia… me llegan los nombres distintos de las cosas… y al agua la llamo viento y al viento le nombro nube. No sé por qué extraña razón me llegan los nombres distintos, diferentes, y a unos los escribo con letras romanas y a otros los escribo con letras hebreas. He preguntado, mirando al cielo lleno de estrellas… ¿por qué?… y sólo he visto un rayo de luz traspasar la niebla… pero todavía no puedo recordar por qué me llegan los nombres diferentes, como desgajados de un sauce que se divide en dos partes tan disimiles que me rondan bajo la sombra del pequeño árbol. Y yo me vuelvo otra vez pequeño, muy pequeño, para poderlos interpretar… Sigue Leyendo...

Otras Cartas a la Jefa (El Chivatazo)

Álvaro Fernández.- Tengo dos problemas; uno que soy Álvaro y dos que no sé si sí o si no por eso tan famoso de Alvaro y la fuerza del sino.

Pablo Hoz.- Tengo dos problemas; uno que no sé si Higuaín es mejor que Agúero o viceversa y dos que no me suele importar demasiado porque tengo que trabajar en el campo con la hoz; pero como tengo ganas de “largar” antes de ponerme “a la faena” pues insisto en que no sé si Higuaín (actual futbolista argentino del Real Madrid) es mejor que Agüero (años há jugador paraguayo del Sevilla) y que para desahogarme un poco nates de comenzar la faena en el campo con la hoz que me recuerdo una alineación bastante histórica: Mut; Maraver , Campanal, Valero; Sigue Leyendo...

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Ahora bebemos copas de ensueños fieles, grandes, hermosos… imaginaciones jamás kilometradas,largas, llanas, mundiales… nunca ñoñas oraciones para saber tener una voluntad. !Ya zarpamos!.

Rodeando al Extranjero (Novela) Capítulo 14.

Pocos metros depués, apareció repentinamente un lobo silvestre, que venía directo hacia donde se encontraba El Extranjero. Llegaba con las fauces abiertas pero el Extranjero no tuvo ninguna clase de miedo, sacó un pedazo de pan de su mochila y,acariciando la cabeza del lobo, le dio de comer. El lobo comió tranquilamente y se sentó junto a él.

– !Vamos!. !Tú si puedes venir conmigo, porque eres de los que piden disculpas cuando matan sólo para comer!.