Las Otras Misas

El padre Ricardo estaba finalizando el oficio religioso del Domingo. A la pequeña iglesia del pueblo habían llegado unos cuantos lugareños.

Quedó en silencio, mirando a las personas congregadas, en absoluto silencio, su mirada parecía un calmante en la atmósfera. Todo su cuerpo se había transformado en una especie de estatua. Su visión se paseaba lentamente sobre los feligreses allí presentes, contemplando sus rostros.

Los minutos pasaban, algunos asistente empezaron a cambiar débilmente de postura sobre sus asientos, empezó a surgir un juego basado en mirarse las caras, había personas que susurraban algo a quien estaba sentado al lado, poniendo cara de extrañeza. Sigue Leyendo...