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FÉLIZ DE AZÚA – “Artista” (según el Diccionario de las Artes)
Para explicar (aproximadamente) lo que es un artista debo recurrir a la fábula. Me avergüenza hacerlo porque es un método poco científico muy utilizado por ese enemigo de la democracia (según le califica Karl Popper) que era Platón cuando se veía obligado a explicar cosas que ni él mismo se explicaba. Me excuso, pues, de imitar a Platón, pero no todo el mundo puede ser Karl Popper.
La Tierra es redonda, afirma la ciencia. Batas blancas, laboratorios, entrevistas con corbata, conserjería de una facultad, horas de insomnio para aprobar el examen, instrumental de laboratorio, formulas, clases en facultades, cátedras y doctorados en algo… La ciencia, ciertamente…
Tiene mucho que decir, comprobar, sobre todo comprobar, decir. Aunque muchas cosas ya las sabían y dijeron los antiguos no científicos. Pero por ahora, hasta que no se demuestre lo contrario, la ciencia dice que el planeta tierra es redondo, como el mundo. Sigue Leyendo...
En aquellos tiempos infantiles era una delicia ir a comprar carbón y astillas a la carbonería de la acera de enfrente, en la madrileña calle de Alcalde Sáinz de Baranda número 56, la que se encontraba al lado de Transportes Ochoa y en donde yo me quedaba admirando aquella colección de cromos de toreros de color azul sepia que estaba verdaderamente muy completa y pinchados los cromos con chinchetas en la ennegrecidas paredes.
Pero era mucho más angustioso cuando nos mandaban a comprar a la carbonería de la madrileña calle de 12 de Octubre, situada muy cerca de la casa de Gabriel Muriarte y por donde yo había visto pasar, alguna vez que yo recuerde, a Lesmes II, un entonces futbolista profesional del Real Madrid que lo había fichado del Real Valladolid donde jugaba de defensa lateral izquierdo y tenía bigote. Sigue Leyendo...
Imaginario conjuro
pasado que vuelve y sucede,
asoma su perfil, se divierte
burla al presente,
distrae al futuro,
se disuelve en mi mente
y sustrae recuerdos
confinados al olvido.
Mes de abril en Quito. Las suaves temperaturas de la ciudad hacen que a sus pobladores les entren deseos de escuchar a Wagner. Es abril, repito, una época para oir a Wagner a través de las ondas de Radio Nacional del Ecuador. Todos siguen, al compás, la textura contrapuntística de “El ocaso de los dioses”…
Wagner afina su voz para aplicarse en su canto operístico que hace que todos los oyentes sueñen con que están bailando de puntillas al compás del enano Alberich. Es la raza de los Nibelungos la que está penetrando en la mente de todos los oyentes quiteños. Sigue Leyendo...
Noche adentro…
yacen sombrías
taciturnas idolatrías
de un tiempo imperturbable,
que destilan desasosiego
y desbaratan el pronóstico festivo
de ser comprendido.
Noche adentro…
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