Doá

Doá es la muchacha más bella del pueblo. La senegalesa de ébano que todos los muchachos de la aldea desean enamorar. Pero Doá pasa por delante de todos ellos contoneando su escultural cuerpo mientras manda el mensaje oculto de “mirar pero no tocar” porque está enamorada de aquel aventurero poeta blanco que un día pasó por allí y le regaló un Piropo (Perla del Viento) y sueña siempre con ser viento para poder viajar junto a él.

Pasa el tiempo. Doá sigue esperando que aquel aventurero de la Poesía vuelva a la aldea, la de el beso de los enamorados y la lleve más allá del mar. Pero cuentan las leyendas que él ya no volverá a la aldea porque se ha enamorado en una playa de mar menor de una muchacha tan preciosa que su corazón ha quedado atrapado en su sonrisa y ahora sólo canta poemas de guitarra mientras juega con ella entre las olas del mar. Sigue Leyendo...

También las fresas llegan en otoño…

Revuelo de sentimientos que enardecen el pecho
en este oscuro octubre cubierto de ocres y sueños,
ni una palabra en el aire que calme ese lecho,
ni un susurro en el cuello que espera desecho…

La espera se rompe al golpear de una puerta,
un latido galopa salvajemente a su encuentro
y al abrirse se funde un abrazo tan tierno
que el pasado se torna borroso e incierto…