Se podría decir que su vida fue una aventura.
En los últimos quince años se había mudado trece veces, un continuo ir y venir que incluyó vivir en cuatro ciudades distintas, sin contar los cientos de noches de hoteles y las muchísimas ciudades dentro y fuera del país que conocieron de sus pasos.
En cuanto al trabajo, desempeñó sus actividades, en el mismo período, en seis diferentes ocupaciones.
Año de 1969. Mi cuerpo ya ha sido formado de manera atlética gracias a la práctica de deportes, de manera muy especial el fútbol y el tenis. Solo me faltaba seguir practicando para seguir desarrollando lo que yo quería que formase parte de mi personalidad. El Atletismo, el Voleibol, el Ping-Pong, el Baloncesto… todavía podían esperar unos años más. Fue cuando me decidí, junto con Bonifacio, a formar parte del Gimnasio de Hermandades del Trabajo de Madrid. Y allí fue donde aprendí a marchas aceleradas el judo y otras técnicas de las artes marciales. Fue un tiempo de dura experiencia física… aprendiendo… aprendiendo hasta que asimilé todos los principios, los fundamentos y las técnicas a`propiadas para poner la inteligencia al servicio de la capacidad física y obtener el título de judoca en el primer examen en lugar de ser un hombre embrutecido. Bonifacio no sólo había perdido su combate contra mí (entre otros varios judocas más) sino que pasó la prueba gracias a que le pedí al maestro que le diese el título porque era mi hermano.
Sola, ermitaña
Navegaste en letras
Vulgares reyezuelos
Te decretaron maldita
Tú llegaste a todo
Todo llego a vos
Bebiste alabastro
Charlaste con muertos
Firmaste la abeja
Sabias libar
Acaso no concebir?
Firmaste la abeja
La hierba crece demasiado rápido
Firmado la cucaracha.
Un concurso de cuento… puede devolverme todo lo que la vida me ha ido quitando.
Mientras más te da… te quita de lo de adentro. Con tal de no quedar hueco!!!
El viento y el tiempo se llevan las espinas, las rosas, y las últimas nos dejan dolor pero también perfumes.
Un anciano indio dijo a su nieto: -Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos. Uno malvado es: el miedo, la ira, la envidia, el resentimiento, las mentiras y el ego. El otro benévolo es: la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad.-
El niño pensó un poco y preguntó: -Abuelo, ¿Qué lobo ganará?-
El anciano respondió: -¡¡¡ EL QUE ALIMENTES !!!!-
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