Desde no se qué ventana
parecía que se cerraba el cielo.
Y la ventana se abrió.
Desde entonces, no creo en pareceres.
Amigos, no estoy tan seguro que esto sea un escrito… medianamente presentable… pero me ocurrió así y lo comparto para que ustedes me recomienden un buen psiquiatra. Saludos.
Hoy eres mi poesía
así, para no olvidarte
vivirás en mí.
Intento descifrar tu mirada,
es misteriosa conmigo
como la flor que duerme con la noche.
No sé mucho de ti
no sé cómo llegaste
solo sé que eres.
Madrid… ¡claro que sí!.
Va por ti
el Gran Sueño de Verdad
y en tu Palacio de Cristal
para de nuevo vivir
la Dorada Eternidad
de la edad juvenil
entre La Chopera
y El Rastro
donde dejé mi retrato
aguardando, dura espera,
volver a hacer nuevo pacto
con la eterna primavera.
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