Ventilando el armario

Apoyado en la esquina de la ducha lloraba silenciosamente mientras el agua despeñaba por su cuerpo las lágrimas hacia el sumidero. Así sentía que había sido su vida, hasta hoy. Un maloliente e interminable desagüe por el cual viajaban, haciendo rafting, sus sentimientos, sus deseos, sus ilusiones…
Hijo de militar autoritario, hosco y abstemio en sentimientos, compensado por una madre cariñosa y en exceso protectora, siempre y cuando el “General” no estuviese por cerca y le ladrara que lo tenía mimado, consentido y amariconado.- ¡ Los hombres no lloran, coño!-
Fue el protagonista de un guión prescrito y arcaico. Colegio religioso, carrera militar, boda por la iglesia y sus hijos, ¡sus hijos! único premio a una vida muda y en blanco y negro como esas películas de los años 20. Sigue Leyendo...

La víbora.

Era un día de inmenso calor. Verano de la década de los 70, casi llegando a la década de los 80 o quizás principios de la década de los 80. Hacía tanto bochorno dentro de nuestra casa de Molinos de Papel comprada, al igual que nuestra casa de la Calle Juan Duque, 16 piso Quinto, puerta número 2, de Madrid capital, con el dinero de él y el mío (y de nadie más digan lo que digan), allí donde se pierde la noción de las tierras conquenses, que mi padre me preguntó si estaba yo dispuesto a irme con él peñas arriba, a subir a lo alto del cerro para ver el panorama a vista de pájaro. Le dije que sí y nos lanzamos a la aventura. Sigue Leyendo...

El balcón del cielo

Alpujarra granadina eres balcón de mi cielo
Tus geranios reventones son bálsamo de mi alma
tu embrujo y tu misterio
tu sol, tu brisa, tu nieve,
tu desparpajo encandila al goteroso tinao
Ví tu luna muy de cerca, pariendo por mi ventana
y dió a luz diez aceitunas en amarga madrugada
Tus terraos y tus sembraos, me buscaron el aliño
las puse todas en sal y después de reposar….
tomillo de luto e hinojo
y se quedaron conmigo, cuando las puse a remojo

Éxito

Estaba sentado en una mesa, la gente esperaba su turno para que les firmara un ejemplar.
La última vez que lo vi estaba sentado en un banco público, era una media tarde; estaba cabizbajo, con un libro abierto entre sus manos. No pudimos hablar. Yo estaba más obsesionado con el éxito, él muchas veces me decía que el triunfo es diferente al éxito. Recuerdo que en una de nuestras últimas conversaciones, me dijo “muchas veces luchamos contra lo que queremos hacer.”

La verdad…

Hoy me enfrente a una de las cosas más difíciles en esta vida, me enfrente a la verdad.
Una verdad que yo ya conocía, pero que nunca me había atrevido a ver.
Una verdad donde, mi mejor amiga, como así se hace llamar, me envidia cada felicidad, besa cada boca que yo muero por besar y se rie al verme llorar.
Una verdad que quebro la ilusión de la cual me enamore.
Me enfrente a la verdad de un amor imaginario y de fantasia, donde la unica enterada de ese amor era yo.