Último Curso del Bachillerato Superior. Rasgueo la cuerdas de la guitarra y se va desgranando esta canción de primavera: “Azul, la mañana es azul, el sol si le llamo vendrá, se detendrá mi voz y hasta la eternidad en su camino irá hacia otro azul”… porque está de moda el CCC y hay que aprovechar el canto para despertar conciencias. ¡Ay, las conciencias! Aquella guitarra la vendió alguien que no quiso escuchar estas mañanas de canciones de juventud. Pero el mundo continuaba y no cejé en el empeño de mirar por la ventana ese cielo azul de los madriles que, cual candilejas de bohemia composición, se me colaba dentro del alma.
Archivo por días: 27 noviembre, 2014
Colgando del vacío
Que Marcos es un alcohólico incorregible lo saben todos los familiares y todos los amigos de los familiares. Lo que no sé es qué culpa tengo yo de que Marcos sea un borracho sin posibilidad alguna de recuperación para la sociedad de los serenos. Mas, al parecer, a Marcos le dan ataques de auto violencia estrellando su propia cabeza contra la pared después de haberse abofeteado la cara con ambas manos mientras grita ¡soy tonto, soy tonto y soy tonto!.
El asunto es que yo sólo tengo unos pocos meses de edad y que a Marcos le ha dado, en medio de la fiesta, por intentar que no va a dejar de ser un borracho durante toda su vida porque piensa que su vida no vale más de un real. Así, que hablando de cosas reales, aprovecha un descuido de todos los familiares y amigos de todos los familiares para, cogiéndome con una de sus temblorosas manos, acunarme cantándome la “Canción del pirata” y, como está “pirata” del todo, me saca por la ventana al vacío (supongo que con su mano derecha) desde el piso quinto de la calle madrileña de Alcalde Sáinz de Baranda, número 56, que es, en realidad un sexto piso porque el primero se llama bajo.