Hace algunas décadas, en el Madrid de la Mama Rosa y los cantos de los primeros emigrantes después de la Guerra Civil, surgieron los tirapedos del “baranda” quien, aliado con los de la casa mayor de Narváez, se burlaban de chicos sencillos a los que humillaban continuamente. Eran estos personajes tan inocentes como “El Cachafeiro”, “La Cuqui”, “El Polito”, “El Argimiro” y algunos más.
El caso es que, por aquel entonces, comenzábamos a construir historias deportivas a través de las chapas y estábamos ajenos a la red de araña que estaban comenzando a tejer el “Gimi” con sus lugartenientes invernales de “El Merino” y “Marianito del Alcalde” y el veraniego “Darío del Manzanares”.
Pues bien. Estábamos jugando al ciclismo rememorando a Cazala, Bahamontes, Eliot, Van Loy… cuando “El Merino” mandó a su “palomita” mensajera Ricardini “El Corista”. Simplemente querían saber quiénes eran los amos del barrio a través de algo tan importante como un partido de fútbol real. !Y fue que sí!. !Que aceptábamos el reto al “Merino”, a los “Pepinos”, al “Botones del Revés”, y a los peligrosos Guti “El Frutero”, “El Aranzana de la Manzana”, el “Asensio”… y !como no! a los de la casa grande (“El Garzota”, “El Leto”, “El Rodolfini” y varios más, entre ellos “El Mazas Alvarez”)…
La tarde comenzaba a oscurecer cuando comenzó el partido. “Gimi”, infiltrado en nuestras líneas, todavía no había empezado a desear a La Princesa. Yo me encontraba escuchando los cantos de los grillos mientras oía el latir del corazón de ella… en el interior de mi subsconciencia…
Pronto comenzaron a tomar ventaja los tirapedos alentados por las brujas del Doctor Esquerdo (algo así como una película en blanco y negro del famoso doctor enloquecido por la fiebre del poder). ¿Quien era aquel loco doctor qué deseaba el poder de la Princesa?. Enigmas de Infancia. Sólo eran enigmas de infancia entretenida en hacer pasar las pelotas verdirrojas por la línea imaginaria de la portería rival.
Cansado ya de permanecer en la defensa, cuando íbamos perdiendo por un 0-2, y empezando a funcionar mis intuiciones, pedí el cambio de lugar y me coloqué el 8 en la espalda. Desde el 8 siempre se trabaja mejor esto de solucionar los jeroglíficos de las princesas que desde el 10, siempre envanecido por las miradas de sus fanáticas. ¿Quién era el 10 en aquellos partidos?. ¿Sería acaso el mismísimo loco doctor que ansiaba el poder general y absoluto de la Tierra?. El caso es que el partido tomó inmediatamente un nuevo matiz. Y se inició una goleada a favor nuestro (quizás hasta un posible 6-2 pues no recuerdo exctamente hasta dónde habíamos llegado).
Todo cambió a partir de entonces. “Gimi” comprendió que aquello no podía ser posible; que el 8 de su propio equipo jugaba motivado por alguna mágica intuición. Y entendió que eran los influjos de La Princesa.
Entonces fue cuando “El Merino”, que sacaba conejos blancos de las mangas del Tío León, fue enviado por Gimi, en plena Guerra Fría, a socavar los cimientos de toda Mesoamérica. Sabía que por allí estaba La Princesa pero nunca jamás pudo descubrirla pues acababa de entrar en el interior del alma del Niño Poeta. ¿Quizás el 8?. Posiblemente… bueno… si… no era posiblemente sino una seguridad total.
¿Qué misión tenía “el Merino” (hijo de un zapatero que curtía sus pieles en las orillas sucias, por aquel entonces, del rio)?. Ni más ni menos que, actuando como falso periodista, dinamitar la conciencia de todos los habitantes de Mesoamérica (que significa México mas Centroamérica más las islas del Caribe) con la Revolución Marciana… si… algo así como una “stalinización” castrista pero de toda Mesoamérica con la intención, posterior, de trasladarla también a América del Sur. Así fue como “El Merino” se puso en contacto con la URSS y comenzó a tejer pequeñas redes (células las llamaban en aquellos tiempos) por ver de atrapar a la Princesa. Los necios no saben dónde posar sus ojos más que en la jovencitas que no están echas para la boca de los burros… y por ello “El Merino” visualizó las Olimpiadas de Moscú totalmente gratis e invitado por el Jruchev de turno, además de divorciarse de su mujer española y, alocadamente, casarse con una mexicana que le quitó toda moral… y hasta la plata…
¿Alguien se ha preguntado por qué Estados Unidos no quiso acudir a aquellas Olimpíadas?. Secreto del sumario. Guerra Fría. Un pulso entre “El Gimi” y “El Poeta” que eran las cooordenadas principales de la Dictadura Ideológica (el primero de ellos) y de la Idealogía Democrática (el segundo)
Y mientras eso ocurría todos los tirapedos quedaron desamparados y se dedicaron a “labores menores” porque no estaban preparados para los Grandes Sueños…