Con polvo de estrellas en mis manos me lavo la cara bajo la luna en esta noche de otoño fresco, cuando las anémonas del viento surgen por todos los rincones y me llenan la emoción de bohemia sonámbula.
Deambulo por los costados de la vida y me siento entre los jardines anochecidos por las sombras para ser, una vez más, un episodio de vida circular y vivible en los minutos del silencio.
Con polvo de estrellas en mis manos traduzco las horas de la noche en una música de imaginaria presencia y, al fondo, todo el horizonte de mi sueño se desborda por ver al alba llegar de nuevo a la fantasía diaria.
Duermo.
El compás de mis segundos late bajo la inusitada noche de las esperanzas…
Tú lo has dicho. Lo “robaron” pero nunca jamás lo robaron ni lo podrán robar (palabra de Dios). Un besote… la Turkita hace tiempo que dejó de “existir”… y tú bien sabes que sólo era una falsedad su existencia. Era, en palabras claras, el nombre con el que, ocultamente, escribía otra persona.. ¿lo comprndes?. No te proeucpes que a tí tampoco te “robarán” ni una sola palabra tuya…
Me ha gustado poder leer de nuevo este hermsoo texto.
Todavía recuerdo el día que te lo “robaron”.
Un abrazo.