Sabes que soy pequeñíto,
que sólo tengo dieciocho
y que me pagan muy poco
por escribir de Pinocho.
Sabes que soy pequeñito
y que tienes dieciséis…
por eso me equivoco
cuando despierto a las seis.
Sabes que soy pequeñito
pero él no te enamorará
porque hay que tener bemoles
para saber “toréa”.
Sabe que soy pequeñito…
pero los hombres maduros
no te pueden atrapar
cuando se las dan de duros…
Sabes que soy pequeñito
pero en el arte de amar
con mi Fe sigo adelante
contigo hacia el altamar…