La alborada
esa hora mágica,
ese despertar del sueño,
sintiendo tu hombría rozar mi piel.
Adormilada dejo que recorras mi cuerpo
con tus ojos, con tus manos,
despertando la pasión que apagaste en la noche.
Susurras palabras en mis oídos
endulzando mis sentidos,
haciendo hervir en mi cuerpo de nuevo
el deseo de fundirme con el tuyo.
Bordeas mi contorno sutilmente con tus manos
Arropándome suavemente con tus deseos,
tus labios consumen mi universo
buscando mi boca, buscando mis humedades.
Me entrego a ti en total solemnidad,
somos dos seres sintiendo el arrebato
de hacerlo de nuevo otra vez,
deseos, caricias, suspiros,
con qué sencillez nos amamos tanto,
si pudieran entender
que más que placer es amor.
Qué sencillo es querernos tanto.
Sencillo pero bueno de verdad. Sigue dándole tu amor… jejeje…