Tengo tiempo para amarte si los segundos se hacen eternos; tiempo para decirte que desde la memoria a la noche tu caricia y tu beso me llenan de color a la mirada y veo, ahora, un paraíso en tus ojos. La paz que me transmiten tus labios son un universo para mi alma y vivo, continuamente, en los mil sentidos de mi corazón porque sabes a silencio y a sueños. Mis objetivos son tus sentimientos, uno a uno, mil por mil, riendo tristezas y llorando sonrisas.
Ahora puedo hasta escuchar tu melodía cuando tu beso es más caricia y cuando tu cuerpo es un despertar contigo lleno de sabores. Viviendo contigo quiero ser de tus sentimientos una conversión en ti. Siento que eres tú aún más como para no olvidarte nunca y, de esta manera, hacerte beso, abrazo y baile en presente, en un amanecer soñándote.
Solo el color que tiene el sentirte es la suave palabra del sonido tuyo. Amarte es mi alma con un mismo principio y un mismo final junto a ti. Aunque ya te amo… deseo amarte más.
Deseo amarte más que la propia Existencia de mis Ideas. Amarte allí, en ese Infinito llamado Eternidad en esta playa de todos los silencios; donde sólo escucho el dulce palpitar de tu corazón dentro de mi alma. Sí. Aunque ya te amo una Eternidad ni la propia Eternidad podrá impedirlo. Hay todavía un mucho más en tus miradas… hay todavía un mucho más en mis besos… Hay todavía un mucho más en mis principios que son los mismos que los tuyos… mujer de las 16 primaveras justas unidas a mis 18 inviernos.
Y que el mundo entero se quede allá, en el vertedero de hipocresías en que lo han convertido los señores del sillón imperial. No. No somos actores representando la Ültima Cena. Sólo somos dos seres (tú y yo) que escriben en las ondas del aire, junto a las nubes, una Eternidad de Palabras nuevas… mientras cenamos lluvia de estrellas…