De cultura andamos un poco escasos ¿eh?. Sobre todo de cultura literaria. ¡Pues hay leer más de Letras y de Sopas de Letras!. Que sí. Que buscando entre las Sopas de Letras de los periódicos se aprende un montón. Por ejemplo, los ríos de toda Galicia (por ejemplo repito y es sólo un ejemplo). Y así escribí yo “Galicia a través de sus ríos”. Bueno, no exactamente asi pero algo parecido. Insisto. Rellenando las Sopas de Letras de los periódicos se aprende algo de cultura literaria.
Comencemos el texto ya en serio. Pues que resulta que en la Literatura Española hay tres apellidados Panero. Dos hermanos y el hijo de uno de los dos hermanos. ¡Vaya lío!. Nada de lío. Lo que sucede es que uno de ellos está más “majara” (como dice mi amigo Andrés) que las maracas de Machón… quise decir Machín y no me refiero a aquel famoso futbolista del Atleti (con cuyo hijo jugaba yo al fútbol en el patio del Lope de Rueda) sino del cantante Machín (que en pez descanse). Quise decir que en paz descanse… que quien descansó dentro de un pez es un personaje de la Biblia… que me parece que se llamaba Jonás…
Venga. Venga. Dejémonos de rollos patateros y vayamos a la “Cuestión Panero”. Allí voy. Uno se llamó (el tío) Juan. Nacido en Astorga en 1908 y muerto en Astorga en 1987. Un lírico clasicista y nostálgico; excesivamente nostálgico para mi gusto. Era muy seguidor de Garcilaso de la Vega (el español porque hubo otro Garcilaso de la Vega en Latinoamérica). Eso, al menos, he leído yo…
Otro se llamó Leopoldo (el padre). Nació también en Astorga, 1909 y murió (¡0tra vez!) en Astorga en 1962. Este era coetáneo de Ridruejo, Rosales y Vivanco. Un lírico tradicionalista. Demasiado tradicionalista, repito, para mi gusto.
Y llegamos al “vivo”. Se llama Leopoldo María y es hijo de Leopoldo y de María. Supongo que su madre se llamó María. Puedo equivocarme como cualquier mortal pero pienso que se llamó María. Bien. Sigamos. ¿Qué le pasa a Leopoldo María?. Que todos los años publica un libro de poemas y le entrevistan en los periódicos sin salir ¡toma Jeroma pastillas de goma! del hospital psiquiátrico de Mondragón, que está (y lo sé de memoria) en la provincia de Guipúzcoa. ¡Volvemos a ganar los escritores a las escritoras!.
Leopoldo María (y ellas no lo saben) tiene una obra de poemas cortos que es magistral (a pesar de estar como una “zambomba”) titulada “Poemas del manicomio de Mondragón”. Y el tío, con toda su cara dura se niega a salir del manicomio donde además de pagarle por lo que escribe vive gratis a “cuerpo de rey”. ¡Vaya geta tiene Panero “el vivo”!.
¡Vamos ya en serio pero que nadie me empuje por favor!. Que resulta que el cara dura de Sanchez Dragó está llevando a cabo meditaciones a través de ejercicios espirituales sin salir de su casa de Soria. Hablando y escribiendo algo sobre Castilfrío (¡que hasta se me hielan los huesos cada vez que pienso en cierta excursión por Andalucía en la Sierra de Cazorla!). Bueno. Que el cara dura de Sánchez Dragó dice que Castilfrío es la capital de Dragolandia. Algo así como un cuento de infancia con gatos incluidos entre sus personajes. ¡Véis como yo no soy el único que habla con los gatos!. Más seriedad, por favor, me dice mi Jefa. Está bien. Está bien. Pero insisto en que no me empujes. Ya voy… ¡caramba!…
Agustín (que a gusto se habrá quedado) Fernández Mallo (no Mayo sino Mallo aunque parezca mentira) se “sale” en esto de la cultura literaria escribiendo sobre Nueva York mientras merienda un bocata de nocilla y escribe sobre la postpoesía. ¿Véis cómo es cierto que estamos comenzando a vivir una nueva era posthistórica?. Y es que hay muchos incrédulos por esos mundos de Dios. ¡Se les va a quedar el cuerpo “arreglao”!.
Que me dicen que no me salga de los márgenes. Que tengo la fea costumbre de tomar notas y apuntes fuera de los márgenes de las cuartillas cuadriculadas. Bueno. ¡Qué le voy a hacer si nací en la frontera!.
Más materia prima. No me refiero a mi prima Angelines sino a la materia prima en el término exacto de la palabra. ¡Ya voy, hombre, ya voy… y qué pesado se pone el Conserje del club!. Resulta que un argentino apellidado Fresán nos roba el dicho ¡De Madrid al cielo! y lo cambia (copión él que conste y no yo) por ¡De argentina al fondo del cielo!. Al fondo de la tabla si que va a ir Argentina para desconsuelo de todos los fanáticos de Maradona. Que deje en paz el fútbol (me dan el primer aviso). Bien. Pero que conste en el Acta que me están obligando a hablar de Fresán, volviendo a lo cultural. Está bien. Fresán es un “guaperas” que se las da… pero en lo cultural (se llama Rodrigo como Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador y esto sí que es cultura)… es un pluriempleado, ubicuo y prolífico del Río de la Plata. ¡De perdidos al río ha dicho!
Fin del Mundo. No. Inicio del Amor que es cosa bien distinta. Que se equivoca Fresán como se equivocan muchos otros escritores (y dejo en paz a las escritoras). Que esto es lucha de hombres contra hombres. O algo parecido.
Emile Zola va al cine. No. Zola no ha resucitado. Lo que quiero decir es que su obra “Germinal” la van a estrenar en el cine con el actor Gerard Depardieu (el mismo que hizo de narigudo en otra película y que no me acuerdo ahora pero estaba relacionada con Francia). Ya recuerdo. Era “Cyrano de Bergerac. ¡Madre mía, madre mía, madre mía… cómo están los del cine!. ¡Como cencerros!. Vuelvo al mundo de la literatura escrita.
Novedades: ha salido al público “La gran ola de Hokusai”. Es de Benigno Morillo (no Murillo como el ex delantero centro del Zaragoza Club de Fútbol, ¡y dale con el fútbol!, sino Morillo!. ¡Pues no es un libro de surf como dicen ellas, ni tampoco un libro de tsunamis como dicen ellas también!. ¡Que es la historia espiritual de un joven tan despistado que es amnésico total!. Y también sale al público “Invisible” (jejejeje): una historieta escrita por Ivanna Jesssing (o algo parecido) en la que aparecen personajes tan sorprendentes como la Nada y el Todo (perdón, me confundí, que eso pertenece a “Greta”). ¡Vaya!. ¡Ya me estoy saliendo de la raya de nuevo!. Segundo aviso…
Acabo de leer que Nuria Labari ha publicado un cuento de relatos llamado “Los borrachos de mi vida”. Yo no. Yo no leo eso. Prefiero ver el cuadro de “Los borrachos” de Velásquez que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. ¡Que cada cual haga lo que quiera pero yo no leo esos relatos que se me pone la piel de gallina sólo de pensar en el coma etílico!. De verdad.
La fama ¿es un paraíso o un infierno?. Se pregunta Margarita Riviére (que tiene apellido de ex ciclista francés que se quedó inválido de las piernas al caerse en una bajada por perseguir al italiano Nencini). ¡Dejemos el deporte por favor… que me quieren dar el tercer aviso. Ya termino. Ya termino. Vuelvo al redil…
Lo ha dicho Margarita Riviére en una entrevista concedida a Antonio G. Iturbe. Yo, particularmente, creo que es un infierno… pero soportable… y que todo depende del color de las patillas de las gafas con que se mire el asunto.
“Sólo cuando vimos a una docena de soldados con kalashnikov nos dimos cuenta de que era un control”. ¿Sabéis vosotras quién ha dicho esto?. Pues ni idea. Como siempre lo tendré que decir yo. Lo ha dicho un tal William Boyd, que es la primera vez que oigo su apellido. Su nombre lo conozco mucho (por ejemplo William Shakespeare o un equipo de Automóviles de Fórmula 1 de los años “catapún”!) pero su apellido (salvo el de un nadador que nada tiene que ver en esta historia) no lo conozco.
Pues ya está. Termino con otra parrafada de este Boyd: “Fuimos “mocosos coloniales”. Perezosos, pendientes de hallar el mayor placer de los posibles”. ¡Toma ya Obama!. ¡Para que sepas qué es una hormiga león y una mosca salchicha!. ¡Y que conste que lo ha dicho un compatriota tuyo y no yo!.
Fin del artículo de cultura. Mañana será otro día si Dios quiere…