no esperaba herirte,
es mas no pensaba perderte,
era el silencio decisivo de esa hora sin igual y exacta, en la cual todo es sosobra.
me fui sin decir adios, un adios que guardo con espera en mi corazón.
no estimaba mi fama de manipulador, y aunque ya no consigo amor, no e dejado de amar,
y es pesada la culpa, que mi triste melancolia asecha en mi incansable afan de volar.
Albert: habrás ya comprobado que los plagios no producen sabiduría. Espero que comprendas que plagiar nos conduce a la falta de personalidd propia. Ahora eres tú. Y lo que vale en literatura es ser uno mismo y hacer lo que se puede… un abrazo de colega..