“El día que nos conocimos”
El día que nos conocimos, no imaginaba lo que vendría después. Aun no era capaz de sospechar.
La noche, como las últimas noches, me encuentra inquieta, dando vueltas en la cama, tumbos de guerra peleándome con la nada y la lucidez impertinente me invita a seguir por la noche oscura los pasos del pájaro que fue a buscarme. Adivino el camino hasta el ordenador, no tanto por los pasos acertados sino por los golpes de los objetos curiosos que me asaltaron, una sonrisa interna asoma, me saluda desde el fondo de mi mala leche. Voy a escribir.
El lavarropas aun en funcionamiento, ausencia de luz, sabor a chocolate aun persiste en el paladar, sabor a chocolate con sabor a soledad, sabor a chocolate con sabor a soledad que sabe deliciosamente a él. Chocolate prohibido que hurto de mi propia propiedad, no deseo ser consciente, tal como no encendí la luz para atravesar la casa. Si me despertaba, no iba a querer saber las cosas que vine a indagar.
Adicta a los pijamas más horribles, me enamore del suyo. Tan armónico y perfecto. Tan bien puesto. Tan lejos de donde mis manos quieren entrar. No sabía que aun, se fabricaban pijamas de esos. ¡Maldito pájaro, déjame en paz! Me ha dado un picotón en el vientre y su semblante invade mi ser como veneno. Yo que después de tantos contratos de amor anulados firme nupcias con el olvido y la indiferencia, contraje lazos con la libertad y la independencia. Su pijama no encajaba, es lógico que yo renegara, ni tampoco él pretendía encajar.
Ahora estoy entrando en el sueño profundo, en los minutos antes de despertarme, sigo jugando a que duermo y profundizo. Profundizo, en la piel de su rostro, brilla, me sabe a coco y a fragancias del diablo, vaya mordisquito le daría entre el rostro y el cuello, le sigo mirando, porque en sus ojos me quedaría muerta y seca, de tanto dar en el intercambio y de tanto mirarlo, me entregaría a la misma muerte sin que me importase. Voy buscando con besos invisibles sus ojos escondidos y minúsculos y tiernos. Por mucho que le pese, tiene los ojos más tiernos que haya visto. Acaricio su pelo buscando con mis uñas el último orificio de su oreja, indago en su belleza exótica, pero su sonrisa, no tiene ni idea todo lo que conlleva su sonrisa. Si supiera… le rezaría un rosario a sus dientes cada vez que me erizan y una mujer voraz resurge, arranca mis pedazos, no entiende nada solo quiere ir a por él, esa no es la que lo evalúa y contempla y adora, esa es la que lo quiere comer vivo entero y crudo. Desata la pasión y viene la frustración, cada vez que esa mujer vuelve al estanque sin éxito. Carnal, muy carnal, no habría limites.
Pero esa es obediente, en cuanto entiende que no puede hacer nada se marcha, el problema es la otra, la que persiste, la que ni él ni ella quieren, la que le sigue contemplando aun después de que se fue. Su voz, me gusta su voz, pero más me gusta lo que dice con sus palabras, ni tila ni lavanda hacen lo que su voz. Me gusta su alma, me gustan hasta sus ganas de huir. Acaricio sus manos le canto a su sigilo, no veo felicidad en él y eso me entristece. El como es natural, quiere jugar con el juguete que reconoce suyo, pero esa otra mujer ha invadido más allá del juego, entonces continuar no sería justo.
El día que nos conocimos, debimos ser muy distintos, porque pasamos desapercibidos y años después ninguno se acordaba del otro, pero nadie imaginaba lo que venía detrás…
Hora de levantarse, me despierto del sueño al que prometo no volver y a oscuras vuelvo a mi cama.
A veces los sueños manejan nuestra mente de una forma inusual.
Me gustó el texto.
Un abrazo
Encerrados con un solo juguete (de Juan Marsé) es una de mis respuestas. También te podría citar a “El extranjero” (de Albert Camus) pero es ya innecesario. La otra ya no vive jamás en la intersección del caminante… y ya se sabe que dos paralelas no se juntan nunca por más que la otra intente encontrarnos en el infinito. No. Las matemáticas son muchas veces engañosas pero la Poesía jamás…
La verdad.. disfrute cada palabra.. qué manera de escribir y dibujar las ideas y los pensamientos. La verdad que si. Cada linea tiene lo que me gusta de un buen libro. Saber describir las cosas con palabras perfectamente atadas. Gracias por servirme este buen bocado. Acá es de noche y me llevo a dormir algunas lineas conmigo. Un saludote 🙂
Es genial!! Los sueños siempre nos hacen darnos cuenta de lo que realmente queremos… “El juego acaba cuando se rompen las reglas” Me gusta mucho tu manera de escribir!! Gracias por tus textos.
Un saludo.Elbereth