Cuando encendía “celtas” era un tiempo condensado en el que dibujaba rutas por las miradas femeninas buscando tu reencuentro. Una y mil veces te veía en la luz desprendida de los cigarrillos en aquel tiempo en que la vida era un continuo surcar fuentes secretas para saciar la sed del caminante. Cuando encendía “celtas” la vida era un “blanco y negro” en las comunicaciones vivenciales. Una espera de llenar poemas envueltos en los ojos de todas ellas. Cuando encendía “celtas” la vida se colgaba del aire y yo firmaba jugadas enlazadas en la casa de campo de un potrero. Sí. Cuando encendía “celtas” en las miradas femeninas te encontraba a ti: a veces jugando ajedrez en los tableros ajenos, a veces tomando sol en las playas de la arena fina; a veces viajando en buses de pueblo en pueblo… cuando encendía “celtas” soñaba mientras te veía en las miradas femeninas…
2 comentarios sobre “Cuando encendía “celtas”…”
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Cierto es, Wersi. Y estaban los “búfalos” y los papelillos de las “Tres Carabelas” que parecía todo un universo de esencias para poder compartir alrededor de la mesa camilla hasta que salía aquellos de “Vamos a la cama que hay que descansar” y entonces es cuando comenzaban a sonar las toses de mi padre (que en paz descanse) después de haberse fumando todo entero un “cuarterón”. Pero bueno. La verdad es que cuando encendía “celtas” no era para fumar sino para subsistir… más o menos como un gato panza arriba… jejeje… que en estos de las mujeres sabía más Cervantes por ser Quijote que por ser Sancho Panza…
Me has recordado los años de niñez, cuando iba al estanco a comprarle a mi padre sus cigarrillos, Peninsulares o Ideales, eran las marcas que había entonces y se compraban tambine sueltos, 4 o 6 o los que quisieras.
Un hermoso texto.
Un abrazo