El taxista y Paúl subieron al automóvil y se dirigieron al Café Monkey’s que se encontraba repleto de gente a aquella hora de la noche. Ambos se sentaron en un lugar apartado del bullicio general. Pidieron dos cafés con leche. El señor Montale estaba muy nervioso y con las lágrimas a punto de saltar.
– Paúl, tú conoces muy bien a Bianca, incluso mejor que yo. Ella siempre fue un misterio cerrado para mí cuando intentábamos hablar de cosas profundas. La eduqué lo mejor que pude pero sé que estuve poco tiempo a su lado. Para ella la muerte de su madre fue un duro golpe. Tmbién lo fue para mí. Pero Bianca… mi Bianca… !siempre fue unasoñadora, una interrogante, un deseo perpetuo de viajar y conocer vidas diferentes!.
– El problema es ¿qué entendía Bianca con ser diferente?.
– No lo sé Paúl. Sólo sé que hace cinco meses hizo su equipaje y se marchó sin apenas despedirse de mí. Habíamos discutido unos días antes… pero fue por algo sin importancia. Su marcha se debe a algo superior a mi entendimiento. El asunto, para no alargarme demasiado pues te veo muy cansado y con ganas de ir a tu hotel, es que hace cinco meses que no sé dónde está.
– ¿Y nadie le ha dado noticias acerca de su paradero?.
– Dos meses después de su marcha empecé a inquietarme seriamente. Me acerqué al Banco donde trabaja… o mejor dicho donde trabajaba… pero ninguno de sus jefes ni compañeros sabían nada de ella. algo grave debió suceder. El caso es que ella se despidió del trabajo sin decir nada concreto. Por favor… !ayúdame a encontrarla!. He estado todo este tiempo escudriñando todas las calles de la ciudad y no he podido encontrar ninguna pista. Tú eres alguien muy especial para ella. Debes saber alguna manera de poder localizarla.
– En estos momentos no tengo ni idea de cómo hallar una respuesta a sus inquietudes.
– !Yo también quiero verla!. Pero es por otras circunstancias
– Ahora me duele mucho la cabeza y sólo quiero descansar. Verá. Déme su número de teléfono y si encuentro alguna pista ya se lo diré.
– De acuerdo. Apunta…
Paúl sacó su agenda de teléfono y un bolígrado del interior de su chaqueta de cuero negro.
– Mi teléfono es el 913 556 690.
Paúl apuntó en su agenda: “Señor Montale, 913 556 690”.
– Ahora vamos hacia tu hotel. ¿Cómo se llama?.
– The King’s Cottage.
– Está bastante lejos de aquí pero no importa. De acuerdo. !Vamos al King’s Cottage!.