Siempre supe que te irias, y sabia tambian como seria…
y tienes razon, no hice nada por detenerte por que no
me pertenecia, de algun modo fui aceptando costantemente
en cada uno de nuestros encuentros, tu inevitable partida.
Y me fui haciendo de tal modo, que preferi ocultarte,
en mi memoria, asi, dejaria que todo siguiera su curso
y te mantuviste alli, en secreto, mirando mi terrible soledad.
Por tu parte seguias hablando y compartiendo cualquier
cosa, y mirando peliculas, caminado plazas, abordando
vagones, y queriendome siempre… siempre.
Hasta que llego el dia, no se si se nos terminaron las
historias, os i ya no habia sitios a donde ir, o tal vez,
nos quedamos sin secretos, sin engaños.
Me gusta pensar que dijmos todo, que al final ambos
decidimos partir a donde fuera…
Y que un buen dia habria que volver
A ese sitio, y mirarnos
y contarnos lentamente
todo lo que vimos.
(Frost.)
Eso es Christian. Buen pulso literario. En el tema tratas un asunto de verdad sincero y honesto. Sin engaños. Quizás siempre el pasado vuelva a sernos la segunda oportunidad que nos merecemos.