Muchos pueden plantearse, en algun momento de sus vidas, preguntas sobre la realidad que observamos a traves de nuestra mente imbuida en ese Sueño profundo que es transformarnos en algo mas que simple animalidad inconsciente. Ese es el problema fundamental que muchos no aciertan a comprender en medio de un mundo anegado de propuestas sin salida. Las respuestas a tantas interrogantes no hay que buscarlas en los racionalismos cartesianos sino en esa espiritualidad inteligible que Dios situo en el interior de nuestros pensamientos. Muchos olvidan que, mas alla de la materia inerte, existe la materia viviente de ese espiritu inquieto que convierte a los humanos en seres superiores a los animales.
¿Por que existen tantos hombres y mujeres perdidos en las extravagancias de ese mundo material que se deshace a poco que profundicemos en su interioridad?. Porque no entienden que, sobre la materia, esta el espiritu vivo que tanto han negado los filosofos que crearon una forma de pensar basada en el escepticismo. Yo razono. Yo pienso. Yo soy persona y por eso yo obtengo un porque mas alla de la incertidumbre. Sobre el alma y el Sueño siempre esta ese espiritu del ser humano.
Sucede que hay existencialistas que niegan la existencia del alma. Eso si que es una contradiccion desde la misma formulacion de sus idearios. Existencialistas que niegan la existencia. Absurdos filosofos del siglo XX. Esa es la mayor incongruencia que han seguido erraticamente tantos humanos desvariados. Y pensamos. Y razonamos. Y somos y existimos cuando encontramos el Camino que Jesucristo alimento de Vida con su Verdad. Perdidos en el materialismo dialectico hay quienes no pueden vislumbrar mas alla de la inmaterializacion de sus existencias. Absurdo de los absurdos.
Sin embargo, ese Cam ino que alimenta de Vida con su Verdad nos da, a los cristianos, un verdadero significado real. Esa es la diferencia entre tener o no tener, entre estar o no estar, entre ser o no ser. Esa es la diferencia entre quienes poseen el Sueño en el alma y quienes no poseen ni alma ni Sueño.