Dedicado a Carlota
¿Ves aquel joven de allí, con el cabello oscuro?…. Pues en un cercano pasado de la infancia, se asomó a un charco que la lluvia se había descuidado sobre la tierra compactada del camino, y en el reflejo vio asomarse un rostro.
Luego, moviendo su cabeza miró al horizonte, más allá el Sol jugaba a esconderse tras una nube blanca, bonita y muy tranquila.
Entretanto, llegaba un atardecer con una tarde cogida del brazo, se fueron sentando sobre las montañas de la lejanía…
Poco a poco fueron deslizándose hasta desaparecer.
¡Por allí cerca una vela! Encendida sobre una mesa, parecía insinuar “buenas noches”. Luego tembló, se apagó y humeó.
Lo veo, he visualizado toda la escena por la que nos vas guiando: el charco, el sol, la nube, el atardecer con la tarde (cogidos del brazo) y las montañas lejanas. La vela sobre la mesa, que acabó temblando, apagándose y humeando…
Muy sencillo y muy bien narrado. Enhorabuena, gracias y saludos.