Se supone que siempre queremos acertar en todo aquello que nos proponemos realizar día a día pero… ¿qué ocurre cuando nos equivocamos infelizmente con algún ser humano que esperaba mucho más de nosotros?. Duele. Duele profundamente saber que no supimos estar en el momento adecuado o que no le dimos a quien nos pedía nuestra ayuda aquello que en realidad necesitaba. Duele hacer daño sin querer. Y duele tanto que a veces nos sentimos solos, tremendamente solos cuando queremos conciliar nuestro ánimo bajo… y quizás no nos podemos poner a pensar que la solución es intentar reaccionar positivamente porque en esos momentos la tristeza nos aturde tanto que sólo quremos llorar en silencio, alejado de todo y de todos, sin darnos cuenta de que quizás lo mejor es buscar consuelo con otro ser humano que comprenda nuestra tristeza por el hecho de habernos equivocado sin querer. Es la tristeza. Esa impotencia que nos queda al darnos cuenta de que hemos fallado sin querer. La tristeza amarga de haber defraudado a alguien que esperaba algo de nosotros, algo más que nuestro torpe error. Somos humanos. Somos imperfectos. Pero duele profundamente reconocerlo… y solo nos queda esperar que ese alguien a quien hicimos daño sin querer nos pueda comprender y perdonar…
Un comentario sobre “¿Y cuándo nos equivocamos?”
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Porque me he equivocado sé que la tristeza se va trasformando en comprensión de uno mismo. Porque me equivoco reconozco mi necesidad de ser más humilde, más próximo a la vida. Porque muestro mis equivocaciones permito que los demás no sufran con mis grandes errores.Otra vez gracias.