La noche está soñando
ángeles de amor en tus pupilas
y hay estrellas tan fugaces
en ese tu mirar enternecido
que no existe distancia tan temprana
como ver tu mirar en mis caricias.
Lejos de todo este mundo mudo
se escucha la voz de mi poesía
dándole calor a tu presencia
en medio de esta noche tan vivida.
Me seduce la sombra de tus ojos
llenos de nostalgia y de pronombres
y me nombras evocando la llegada
del nuevo sol en la frontera.
Más acá, en el lecho acostumbrado
a los besos ardientes de las flores,
Dios ha puesto su Palabra
en la vida de toda tu presencia
y yo tomo la vela encendida
en este pequeño hogar llamado anhelo
y te hago fantasía hecha poema
en medio del nacer de lo infinito.
Soyo yo el verso derramado
en tu cuerpo de roja sinfonía
y el ritmo de tu corazón ardiente
palpita en mí como un silencio.
Silencio. Todo es un principio inacabado
que sigue la huella de tu lecho
y cual crepúsculo encendido de amapolas
la roja sangre se vierte en tus entrañas.
La noche sueña con umbrales
abiertos en tu espacio de minutos
que, segundo tras segundo, ya palpita
en el centro de tu imagen sumergida
y yo me busco en tu oleaje
para sentirte en la playa de mi sueño
convertida en hembra adolescente
que me observa desde la arena en que reposas.
A tu lado mi guitarra yace herida
de amor y tránsfuga presencia
para estar con tu cuerpo entre mis manos
como un vals de estrellas en tu boca.
Soy yo quien te envuelve en la espuma
de las olas que acarician tus caderas
y entras a formar parte de la imagen
de la interna sensación de mis arterias.
Sangre a sangre, cuerpo a cuerpo,
tu voz calienta mis sentidos
mientras bajo esta luna de alma engrandecida
en la playa menor descansas pura
y a tu virginal presencia inmarchitada
le pongo una rosa entre sus manos.
Acaricio entonces mi guitarra
haciéndola cantar en media noche
como un poema de amor eternizado
bajo el cielo saturado de estrellas.
Ya no hay otra cosa que perdure
más que mi amor sobre tu cuerpo enervado.
La playa arde en esta noche
en que uno mi sueño a tu belleza.
Tú siempre serás amiga verdadera, Wersi. Gracias.
La noche está soñando y nosotros nos adentramos en su sueño a través de tus palabras.
Bellisimo amigo mío.
Grande como siempre.