No solo te pido la nostalgia. (Aumentado y reeditado)

No solo te pido la nostalgia sino que, envuelto en el crepúsculo de los adioses, te pido un instante de pensamientos anaranjados por el atardecer de los pleamares para tratar de definir este espacio de enigmas y de cromáticas ausencias que me hacen sentir: “… una bella princesa rodeada de cisnes en un lago azul donde las ondas reflejaban su cuerpo lánguido y misterioso…”.

No solo te pido la nostalgia sino ese beso florecido en las mañanas que, al cuajar la escarcha sobre las flores, me debes como promesa de sinfonía inacabada. Que más allá de todos los recuerdos tu boca es un oasis para mi existencia.

No sólo te pido la nostalgia sino tu cuerpo convertido en realidad. Una realidad mistérica pero viviente. Una realidad mágica pero verdadera. Una realidad forjada a través del sueño anterior. Una realidad, en fin, forjada a golpes de vivencias.

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