Hoy me quede pensando en lo importante que es el poder decir las cosas, pero a la vez es algo que se vuelve sumamente complicado cuando no quieres herir a nadie y a la vez no salir herido.
El encontrar las palabras adecuadas para decir es tan complejo al igual que encontrar el momento correcto o ídoneo, así como el lugar, los cuales pareciera que nunca llegan, y sin embargo si lo hacen, solo depende de nosotros el tomar el valor necesario para hacerlo.
Muchas veces al hablar arriesgas todo, incluso hasta el corazón tuyo y el de la otra persona pero es necesario e indispensable hacerlo, porque a final de cuentas aun cuando te de cierta tristeza, sientes un ligero alivio al poder decir:
Al fin se lo dije…
Es como cuando pides perdón sin importar la respuesta, es el alivio de solo cumplir al reconocer un error.