Hoy me encuentro caminando, con mi amigo “El Botijero” por tierras malagueñas de Mijas y sus alrededores. Vamos caminando hacia la misteriosa Punta de Calaburras. He metido en mi zurrón unos cuantos bocadillos de mortadela y algún puñado que otro de aceitunas. También llevo morteruelo dentro de una tartera bien cerrada para que se escurra por los bordes y me llene el pantalón vaquero de pringue.
He de aclarar que este salmorejo que llevo para alimentarme en el camino es el llamado salmorejo cordobés (bien distinto del salmorejo canario) y que es una crema que se sirve como primer plato, original de la zona de Córdoba, a base de tomate, ajo, miga de pan, aceite de oliva y sal. Su consistencia es la de un puré o salsa, a diferencia del gazpacho que suele ser líquido.
– ¿Qué te parece, “Botijero”, si hacemos un alto en el camino para llenar el estómago que todavía nos queda un poco de marcha?.
– Está bien, Diesel, que ya voy un poco “cansaíco” también.
“El Botijero” es un labrador malagueño de esos bonachones, que siempre tienen ganas de guasa, y que no paran de reír por cualquier nadería que le digas. Ahora bien es un tipo muy inteligente (más bien listo diría yo), ya muy entrado en años pero con unas ganas de vivir que para sí la querrían muchos mozalbetes de 20 años que he conocido a lo largo de mi vida.
– ¿No sería posible acompañar con algo a este salmorejo que me parece excesivametne cremoso y pesado para el estomago?.
– Lo tengo “to” previsto Diesel. !Mira!. !En mi zurrón llevo dos claras de huevos duros, uno para ti y otro para mí que son completamente “igualicos” y, además, jamón serrano picado y un “chorreoncito” de aceite de oliva. Y si quieres le acompañamos también estos trozos de pan tostados que nosotros llamamos “coscurros”.
“El Botijero” me hace reír por su manera de decir las cosas.
– !Está bien, “Botijero”, como quieras, que yo sé, desde mi infancia, lo que es comer “coscurros”.
El caso es que este “Botijero” es todo un tipo jolgórico que es palabra que no existe en el diccionario pero la aprendí de mi cuñado ecuatoriano Franklin y que viene a ser lo mismo que jolgorio; que, como todos y todas sabéis, significa diversión bulliciosa.
– !Vaya jolgorio que tienes montado por estas tierras de Mijas y sus alrededores, amigo Diesel!.
– Nada importante, “Botijero”, que sólo estoy viviendo esta experiencia para ambientar una novela.
– ¿Y se “pue” saber de que novela se trata?.
– Todo a su tiempo, “Botijero, todo a su tiempo como manda la Biblia. Ahora comamos bien, llenemos bien el estómago y sigamos hacia la Punta de Calaburra.
– ¿Pero sabes tú lo que es la Punta de Calaburras y su historia?.
– Por eso camino contigo… para aprender “Botijero”… para aprender ciertas geografías y ciertas historias que no vienen en los Grandes Libros.
– !Pues mira!. !Has tenido suerte!. ¿Ves aquello que hay en el horizonte?.
Consulto mi mapa y mi croquis hecho a mano.
– Si no me equivoco es la Punta de Calaburras.
– Ci8erto es, amigo de los caminos, así que sentémonos en esta encrucijada de caminos por donde en los tiempos del Tempranillo estaban infestados de bandoleros que asaltaban a las carrozas reales y a los nobles una “pizca amaneraos” y amantes de todo lo francés.
Así que nos sentamos en un mojón de la carretera y damos buena cuenta del salmorejo y su acompañamiento.
– ¿Te “paíce”, amigo Diesel, que dejemos los bocadillos de mortadela para el regreso y lo acomp0añemos de algunos buenos racimos de uvas que Dios ponga en nuestro camino?^.
Me entra la risa pero no la expreso no vaya a creer que me río de él cuando sólo me estoy riendo de lo que dice.
– Me parece muy bien. Y ahora… ¿qué es la Punta de Calaburras?.
– !Ya te dije “en antes” que hoy tenías suerte!. !Mira lo que llevo en mi zurrón!.
Y “El Botijero” de Mijas saca un libraco de la Historia de Málaga con las pastas totalmente gastadas y casi imposibles de leer. Me entrega el libraco.
– !Lee!. !Lee!. !Que ahí viene toda la historia de la Punta de Calaburras!.
Así que sin decir una palabra más, abro con mucho cuidado el libraco y busco entre líneas. Por fin lo encuentro. Leo en silencio mientras “El Botijero” se echa una buena siesta.
“La Punta de Calaburras es un pequeño cabo de la costa mediterránea de Andalucía, España. Está situado en el término municipal de Mijas, en la provincia de Málaga, entre la ciudad de Fuengirola y el núcleo mijeño de La Cala. El entorno de la Punta de Calaburras está ocupado por urbanizaciones residenciales y turísticas. Lo atraviesa la Autovía del Mediterráneo o N-340 bordeando la costa en una peligrosa curva donde se han sucedido numerosos accidentes de tráfico. Es un cabo rocoso que separa los dos grandes arcos de la Bahía de Marbella y la Bahía de Málaga. Está coronado por el Faro de Punta Calaburras”.
– ¿Estás dormido “Botijero”.
– !Quiá!. !Sólo estoy dormitando con un ojo abierto y otro cerrado!. ¿Quieres preguntarme algo?.
– ¿Qué es el Faro de Punta de Calaburras?
– ¿Has “terminao” de leer lo de la Punta de Calaburras?. ¿”Demasiao” rápido me “paíce” que has leído tú?.
– No. Todo todavía no.
– Pues termina que “enseguidica” viene.
– “Botijero”… ¿tú eres malagueño?.
– Lo preguntas por mi forma de hablar… ¿verdad?.
– Por eso lo pregunto.
– No. Resido en Mijas desde muy “poquísimos” años… pero soy botijero nacido y criado en Cuenca… en la vieja Castilla la Nueva que ahora es la nueva Castilla La Mancha.
Y vuelve a dormitar mientras sigo con mi lectura.
“La Punta de Calaburras se describe como una formación rocosa muy conocida por su peligrosidad para la navegación, detectándose marcas verticales talladas en las rocas que se interpretan como muescas que han dejado las quillas de las embarcaciones. Hay constancia de la existencia de restos arqueológicos de interés. Entre ellos, se pueden distinguir los siguientes: Pecio de las Columnas: Este yacimiento se localiza en las proximidades del Cabo de Calaburras. Actualmente se puede observar un 35% del sitio, quedando el resto bajo la arena. Se encuentra formado por material arqueológico diverso como basas, fustes, capiteles y materiales anfóricos, púnicos y romanos, que bien pudieran corresponder al cargamento de un barco fechado en el s.I antes de Jesucristo. Pecios de los Holandeses: Se trata de la agrupación de varios pecios de época moderna naufragados frente al Faro de Calaburras. Hay referencias además del naufragio de una escuadra de navíos holandeses en estos bajos. Este episodio debió de ser muy significativo ya que la escasa información que existe hace referencia a este hecho concreto. Cañones de Calaburras: En los trabajos realizados para la Carta de Riesgo Antrópico de la provincia de Málaga se citan algunas referencias que sitúan el hallazgo y extracción de tres cañones en el entorno del Faro de Calaburras. Entre los materiales aparecidos en esta zona se citan hierros petrificados, así como clavos, bisagras y herrajes marinos asociados a estos cañones. Los autores de las citadas referencias datan estos restos como pertenecientes a los siglos XVI o XVIII, y por su distribución los atribuyen a un naufragio. Estos cañones estaban muy concrecionados y adheridos al fondo rocoso. Playa del Charcón: De esta zona destaca la aparición de dos mosquetones.
– ¿Estás dormido “Botijero”?.
– “Nadica” de dormido que bien despierto estoy…
– ¿Me puedes explicar bien qué es un mosquetón; porque yo entiendo que hay varias clases de ellos.
– Y dices bien, amigo Diesel, que se llaman mosquetones aunque yo los “ennombre” mosquitones que es defecto que tengo desde la niñez y que por cierto no son iguales que los mosquiteros que, como tú sabrás, son toldillos generalmente hechos de tela que protegen ante los mosquitos y otros “ensectos” voladores. Y si, es verdad que hay diversas clases de mosquetones. Apunta. Apunta para que no se nos olvide a ninguno de los dos. Que me pasa que me los sé de “carrerrilla” pero a veces me falla la “enmemoria”.
Y “El Botijero”, que es parlanchín y dicharachero, cosas propias de su oficio, me cita una lista de ellos además de definirme lo que son: “Un fusil (del francés fusil) es un arma de fuego portátil de cañón largo, que dispara balas de largo alcance. Creada con propósitos ofensivos, es el arma personal más utilizada en los ejércitos desde el final del siglo XVII. Se acostumbraba fijarle una bayoneta para la lucha cuerpo a cuerpo, pero ya es obsoleta. El nombre de “fusil” se origina en la evolución del mosquete al empleo del pedernal, abandonando la mecha. A medida que se disminuye la longitud de los fusiles varían en su denominación, que de mayor a menor es fusil, carabina, mosquetón y tercerola. ¿De verdad te interesa saber cuantos tipos de “mosquitones” empropiamente dichos hay?”
– Para nada es suficiente.
– ¿Ya para qué queires “ensaber” de mosquetones?.
– Puede servirme quizás, en algún momento de mi no9vela?.
– Pero ¿en verdad vas a escribir una novela localizada en estos lugares?.
– Pues sí. Escrita a mi estilo propio pero localizada en estos lugares… ¿por qué?.
– Por nada. Por estar atento a ver la “pues” empublicar y me la leo…
– ¿Te gusta leer “Botijero”?.
– !Claro que sí!. !Cosas que se entiendan y no esas “pendejadas” de Sartre por ejemplo, como “La Nausea y cosas de ese jaez!.
– ¿Has leído a Sartre?.
– !Ni falta que me hace!. !Que me dijo de niño el boticario de mi aldea conquense que ni era necesario ni servía para nada más que “encalentarse” el cerebro con absurdos tras absurdos. !Y como él hay una tira larga!. !Y ahora sigue leyendo para ti y en silencio que me voy a echar una siesta de las de verdad!.
Guardo silencio y me introduzco en la historia de los Tartessos de la cual sólo me interesa ahora, porque tengo prisa, una breve reseña y algo sobre su cerámica. Nada más. Así que busco las páginas correspondientes y leo: “Tartessos es una civilización vinculada a las culturas mediterráneas que emigraron hacia península Ibérica en torno al 1000 a.C. La cultura tartésica se desarrolla en la costa suroeste, en las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Podemos distinguir dos etapas bien diferenciadas, la geométrica y la orientalizante.El periodo geométrico, que coincide con el bronce final, se extiende desde el 1000 a.C. hasta el siglo VIII a.C. A partir de este momento se produce la colonización fenicia, que desde su establecimiento principal en Gadir (Cádiz) introducirán cambios importantes en la cultura tartésica.
El declive de Tartessos se produce alrededor del siglo VI a.C. y está íntimamente relacionado con el debilitamiento del comercio fenicio en las costas andaluzas”.
Tras esta breve referencia histórica paso páginas y consulto un ligero dato sobre su cerámica, que es lo que ahora enfoca mi antención: “La cerámica es una de las principales manifestaciones artísticas de este momento. Suele realizarse a mano y con torno lento de alfarero. Encontramos dos tipos diferentes, una oscura con motivos bruñidos y otra, conocida como la El Carambolo, con decoración pintada. En ambos casos, la ornamentación es de carácter estrictamente geométrico, incluyéndose de vez en cuando figuras vegetales o animales estilizados. El repertorio formal de la cerámica bruñida es muy sencillo, predominan los cuencos y los carretes para soporte de vasos de fondo curvo. Estos últimos son una producción muy característica con forma de diávolo. Normalmente son de color grisáceo o pardo y el bruñido, que se da fundamentalmente en el exterior, da a los objetos un aspecto metálico. El repertorio formal de la cerámica pintada es más rico. A los tipos habituales de la anterior añade otros nuevos, como los vasos grandes y cerrados. La decoración, también en el exterior, se realiza a base de motivos pintados en rojo sobre el color ocre o el anaranjado del fondo”.
Se despierta bruscamente “El Botijero”.
– !!Diesel!!. !!Diesel!!. ¿Estás aquí?.
– Pero ¿qué te sucede “Botijero”?. Claro que estoy aquí.
– !Que susto he pasado!. !Creí que estaba sólo aquí tumbado y me asaltaban unos de aquellos bandoleros de caminos de antañños!.
Empiezamos a reír los dos hasta que se nos salen las lágrimas por los ojos.
– !Venga “Botijero” a la Punta de Calaburras!.
Toda la jornada caminando y, al caer la noche, llegamos al lugar. Vemos la luna sobre el hermoso Mar Mediterráneo jugando con las olas a subir y bajar.
– !Ves aquella embarcación, Diesel!.
– ¿Cuál de ellas?.
– La que tiene por nombre “La Salvaora”!.
– Sí. la veo.
– Pues es de mi compadre “Chanquete”. ¿Te atreves a la última osadía?.
– ¿Qué osadía, “Botijero”?.
– Echamos la barca al mar, nos embarcamos los dos, desembarcamos en Gibraltar y entramos en el Peñón como Pedro por su casa. ¿Hace la cosa?.
– Hace. Pero los policías ingleses nos pueden cerrar el paso.
– !Que se atrevan los “cara huevos” esos!. !Mira, Diesel, si un “bobo” de esos, o como demonios se llamen, me impida entrar en el Peñón, te “emprometo” me tomo un “meño” y se lo “encasqueto” en ese ridículo sombrero de plumas que llevan que se lo encasqueto hasta la cejas!.
Me entra la risa. Y por supuesto que dejamos a la “Salvaora” en paz y nos volvemos camino de Mijas tras terminar con todos los bocadillos de mortadela…
– “Botijero”… lo de Gibraltar lo dejamos para otro día.
– !No te jode con los mendas esos, como decís los madrileños, que se creen los amos del mundo!. !Pues que sepan que o somos europeos para todo o no somos europeos para nada!. !A escardar en Huete o en Cañete les poondría yo a esos “remilgaos” que no son más que unos “remilgaos” que se creen que todos ellos son Chespir…
Y lleva razón “El Botijero” mientras me sigo riendo con él. Todos ellos se creen Shakespeare y casi todos ellos no llegan ni a ser la sombra de Beowulf que mira que es antiguo…