Oigame usted, Caballero
si puede vuestra merced
decirle a esta señora
porqué son rojas las amapolas
Mire usted señora mía
son como los labios
que embellecen su faz
Labios hermosos,
jugosos y sabrosos,
cómo quisiera probarlos
y robarles un beso ardiente.
¡Y olé! Me recuerda a estas canciones andaluzas de amoríos ja, ja.