El agua salada derrama
miles de gotas y preguntas.
En la playa, entre las frutas,
hay un pájaro en su rama.
Una presencia que llama
al amor entre la bruma
y las olas con espuma
mojan al corazón que ama.
Gotas de sal cual proclama
de un amar con todo el alma
mientras el reloj es una suma.
Un minuto que exclama
una oración en la grama
de la arena que rezuma.
Gracias sevillana… que no sé yo de dónde saqué que eras cordobesa… quizás sea que con tantas provincias andaluzas algunas veces nos hacemos un lío tremendo y colocamos la Giralda de Sevilla en el Patio de los Leones de Córdoba… jajaja… un abrazo sincero.
Un soneto con aroma salino y a marino.
Un abrazo amigo!