Ante el gran espectáculo de la vida,
el Paraíso de los anhelos
se desmorona descaradamente.
Agonizo en el gran desierto
donde el ocaso es azotado
por un viento arenoso.
Cómo un espectro errante
camino por la senda de los suspiros.
Hoy la Tierra despide mi vida
después de un largo viaje
por el ocaso de tus brazos callados.
Hoy ante mi, se extiende la Nada.
A mi llena un Todo inevitable, amiga Wersemei. Un Todo que ya no puedo evitar.