La leyenda de la orquídea negra (3)

Aquella parejita creció y con ellos su amor fue en aumento. A escondidas se escapaban a un lugar secreto, allí se prodigaban besos y caricias llenos de deseo, su ardiente juventud saciaban con frenesí. Eran dos locos enamorados jurándose su amor a diario.

– Javier…¿ me quieres solo a mi?

– Sí Lucia, solo a ti, bien lo sabes, me robaste el corazón el primer día en que llegué a tu casa.

– Si mi padre supiera esto nos mataba, el solo quiere desposarme con el hijo de su vecino para poder unir las riquezas de las dos familias y tener el poder de toda la comarca…yo no quiero, si no soy tuya no puedo ser de nadie. Moriré de pena.

– No morirás amada mía. Lucharé con todas mis fuerzas, y, si muero en el intento, me llevaré tu amor conmigo para que no lo compartas con hombre alguno.

Y el día llegó en que el padre de Lucía hizo la propuesta a su hija. Esta presa del llanto le pidió por favor que no la obligara nunca a desposarse con quien ella no sería nunca feliz.

Con decisión y valentía le dijo a su padre a quien en verdad amaba. Un golpe de ira azotó el cuerpo de aquel hombre que propinando gritos y juramentos hizo temblar a su hija, ella asustada buscó refugio en los brazos de su madre que aguantaba impasible los ataques de su marido hacia la joven.

Aquella mujer nunca fue feliz en su matrimonio, la casaron obligada por los mismos motivos que ahora se veía empujada su hija. Sabía cuanto iba a sufrir desposándose sin amor.

Noelia que así se llamaba, habló con su marido, sabía como convencerlo. Era dulce, sutil y comprensiva, sabía conducirlo por el camino de la verdad con sus bondadosas palabras.

– Marcel, querido esposo, no la obligues a la fuerza, sería una desgraciada.

– ¿Y como si no -dijo él rojo de ira.

– Mira amor mío, te contaré algo que será lo ideal.

– En qué consiste…dijo esta vez más tranquilo.

– Allá arriba en la montaña prohibida hay una cueva y en ella crece la más hermosa de las flores. Una orquídea que desprende luz por sí misma, sus colores son más bellos que los del arco iris. Anuncia a todos que pondrás a prueba a los pretendientes de nuestra hija. El que consiga traer la flor, se casará con ella…¿ Qué te parece?

-Esa es una buena idea, pero yo quiero que se despose con Alberto.

-No te preocupes, yo le diré el lugar exacto donde se encuentra esa flor, conozco a alguien que me lo puede decir. De esta forma será segura su victoria.

-Me has convencido mujer…¿Qué haría yo sin ti?

Preparó una gran fiesta para dar a conocer los pormenores de la prueba de la que saldría el que sería el futuro marido de su bella hija Lucia. A ella acudieron varios jóvenes deseosos de las riquezas del anfitrión. Todos menos Javier, su gran amor, el único al que ella correspondía. Al verle su corazón le dio un vuelco. Se encontraba nerviosa y aturdida solo por saber en que consistía el reto.

¿Qué habría maquinado su padre?

Continuará

2 comentarios sobre “La leyenda de la orquídea negra (3)”

Deja una respuesta