Allí estás, una vez más mirándome,
de pie con tu mirada tentadora,
haces que quiera acercarme a ti,
es inevitable,
tu encanto está en el aire.
He intentado dejar este fuerte sentimiento,
pero no puedo escapar de este tormento.
Siento que te conozco de antes,
siempre lo digo,
pero yo anhelo algo más.
Yo sé que no puedo estar junto a ti por siempre,
pero sé, que no olvidaré tu belleza, mi diamante negro.
Que bien has conjugado la belleza con el diamante negro… está bueno el poema. Desde el principio asoma una espectante esperanza. Bueno de verdad.