Entonces las palabras
crecieron como cactus,
y desgarraron por dentro
mis paredes de carne.
Pareció como un cuchillo
amortajando un animal,
pero solo eran palabras
diciendo la verdad.
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E vero, no hay asesino mas letal y lacerante que las palabras verdaderas…me voy pensando en tu imagen del cactus.Cariños.
La pequeña verdad siempre es un decir… pero la Gran Verdad es un sentir. He ahí la diferencia. Tu texto me lo ha hecho pensar. Saludos a Costa Rica.
Uffff, profundo y sin tonterías. La verdad sólo tiene un camino. Seguro que ha quedado lejos ésto y no me lées, pero quería saludarte Hacaria. Un beso muyyyyyyyyy grandeeeeeeeeee. Alaia