Existe una película estrenada en 1967 con el título de “Así no se trata a una dama” cuya sinopsis es la siguiente: Un misterioso criminal tiene aterrorizada la ciudad de Nueva York. Se trata de un estrangulador, maestro en el arte de los disfraces, que se dedica a matar a mujeres de mediana edad, en las que no hay nada destacable; su vulgaridad es, al parecer, lo que interesa al asesino. Este psicópata tiene la curiosa costumbre de llamar al detective de policía Morris Brummel, para hablar con él sobre sus víctimas. Así es como Brummel se convierte en el responsable del caso. La vida del detective es de lo más gris y anodina: vive con su anciana madre y tiene que soportar su autoritario carácter. Gracias a sus primeras pesquisas conoce a la bella Kate Palmer y la lleva a su casa para presentársela a su madre. Por su parte el estrangulador, Christopher Gill, un hombre enamorado de la buena vida, disfruta creando rompecabezas y pistas falsas para Brummel. (FILMAFFINITY)
Muchos y muchas os estaréis preguntando por qué titulo yo de esa manera el presente texto y por qué hago actual dicha sinopsis de Filmaffinity. Es sencillo. Lo hago presente porque, en la actualidad, hay un asunto muy escabroso que está en boca de todos los españoles y españolas, además de algunas otras partes de mundo quizás. El asunto es tan grave, si resulta verdadero, que es digno de servir para unas profundas reflxiones sobre cómo se debe tratar a una dama, sea cual sea la edad de la dama. Para que no haya dudas de la fuente que consulto he de deciros que ha sido publicado en el Diario Marca, del pasado martes, 25 de septiembre de 2012.
El artículo, que tiene una extensión de casi una hoja completa, con fotografía incluída, ha sido escrito por mi colega periodista J. Quiroga desde Madrid. Antes de ofrecer mis reflexiones, lo expongo en su totalidad:
“Desde que la Federación de natación decidió no renovar el contrato de Anna Tarrés, se ha alimentado la polémica acerca del humillante trato, según algunas nadadoras, de la ya ex seleccionadora del equipo español de sincronizada hacia sus chicas. Ayer, esa polémica dio un paso más, o mejor habría que decir, un paso de gigante más.
La Sexta Deportes informó ayer una carta, a la que tuvo acceso, que 14 ex nadadoras del equipo de sincro habían firmado y hecho llegar a la Federación. En ella se vierten duras acusaciones sobre el trato vejatorio en algunos casos de Tarrés hacia alguna de estas deportistas. La carta, titulada “Cuando se puede evitar un mal, es necedad aceptarlo”, comienza dejando claro que nadie quiere discutir los resultados obtenidos por Anna Tarrés durante 15 años al frente del equipo. Pero sí la forma de conseguirlos.
Las nadadoras, en su carta, cuentan que en alguna ocasión ya trataron de alertar de las muchas prácticas de Tarrés, pero nadie, ninguna instituciñón, las escuchó. Tenían la seguridad de que Tarrés era una figura inamovible, un personaje de extraordinario poder. Y acusan a Tarrés de sembrar el pánico en el equipo para ganarse el respeto.
La carta, que las ex nadadoras hicieron llegar a la Federación, que hizo pública la Sexta Deportes ayer y que más tarde las propias atletas defendieron, está repleta de experiencias personales contadas por las propias deportistas. Cristina Violán cuenta que, tras recoger la medalla del mundial 2005 en Montreal, la entrenadora le espetó: “No estés tan contenta que los méritos no son tuyos, sólo has tenido suerte de llegar en este momento”. Y Laura López Valle narra que Tarrés le dijo, tras lograr la medalla de Pekín: “No vas a ir a recoger la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo poque eres inferior a las demás”.
Pero mucho más graves son otras acusaciones que aparecieron en la carta como: “No vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve”, realizada, según la redacción de la carta, a una nadadora de 14 años durante la corrección de un ejercicio. O lo que espetó a otra nadadora, sevillana y que ahora ejerce como periodista: “Fuera del agua gorda, vete al psicólogo”. La nadadora, además, narra que cayó en una bulimia después de que su entrenadora le dijera: “Habrás quedado bien en figuras, pero con lo gorda que estás no puedo desfigurar al equipo”.
Ana Violán Espinosa cuenta su experiencia personal: “Le didje ‘Anna, ¿puedo salir del agua a vomitar? Tengo muchas náuseas” (llevaba cinco horas en el agua). La respuesta fue: “¡No! ¡Tragátelo que aún te queda una hora y media para terminar! Si no, fuera, te vas a tu casa y no vuelvas”.
Eva Romo, una barcelonesa que perteneció al equipo nacional hasta 2000, añade: “Después de tres días sin poder entrenar porque asistí al entierro de mi tía, me quitó de titular y me puso de suplente”.
Al final de la carta Neus Seguí y Jordina Pallarols “agradecen” a Tarrés la transparencia con la que pregona sus malas artes y reproducen una frase de la entenadora: “Esto es una dictadura y yo soy la dictadora”.
El grupo de ex nadadoras firmantes de la carta que tendrá un amplísimo recorrido en los próximos días está formado por: Paola Tirado, Cristina Violán, Laura López, Ana Violán, Eva Zhdanova, Neus Seguí, Jordina Pallarols, Laia, Julia Casals, Itziar Aspe, Lara Oyonarte, Itahisa Robaina, Carla Violán y Eva Romo.
El mismo día que se daba a conocer la carta de las ex nadadoras también se sabía quién sustituirá a Anna Tarrés al frente de la selección. Se trata de un grupo de cinco personas formado por Ana Montero, Ester Jaume, Anna Vives, Mayuko Fujika y Gemma Mengual”.
En el centro del artículo periodístico se inserta un recuadro con el siguiente contenido:
“No vas a ir a recoger la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo porque eres inferior a las demás del equipo” (Tras conseguir la medalla olímpica de Pekín 2008 junto a todo el equipo). Laura López Valle (Valladolid 1988). Nadadora de la Selección Nacional hasta el año 2009. Actualmente cursando sus estudios dee Magisterio en la Universidad de Valladolid y Entrenadora del Equipo de Sincro del Club Natación Sincronizada Fabio Nelli”
“No vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve” (Tenía tan solo 14 años, era en la corrección de un ejercicio técnico en que el cuerpo no lo logré poner en posición correcta. Gritó durante 10 minutos fuera de sí, diciéndome barbaridades, mientras se paralizó el entrenamiento de todas las niñas y el resto de entrenadoras escuchaban atónitas).
“Anna, ¿puedo salir del agua un segundo a vomitar? Tengo muchas naúseas” (5 horas dentro del agua). Respuesta de Anna Tarrés: “¡No! ¡Tragátelo que aún te queda una hora y media para terminar! Si no, fuera, te vas a tu casa y no vuelvas”. Ana Violán Espinosa (Tenerife 1980). Nadadora de la Selección Nacional hast 1997. Actualmente Médico.
“Habrás quedado bien en figuras, pero con lo gorda que estás no puedo desfigurar al equipo” (1’75 centímetros del altura y 57 kilos de peso) “Caí en una bulimia”. “Fuera del agua GORDA, VETE AL PSICÓLOGO”, me echó porque no entendía el catalán y pedí que me hablara en castellano” (Sevilla 1981) Nadadora de la Selección Nacional hasta 2003. Actualmente Periodista.
Eva Zhdanova (Moscou 1973). Nadadora de la Selección Nacional en 209-2010.
Neus Seguí (Barcelona 1985). Nadadora de la Selección Nacional hasta 2003.
Laia (Barcelona 1984). Nadadora de la Selección Nacional hasta 2003.
Jordina Pallarols (Barcelona 1985). Nadadora de la Selección Nacional hasta 2003.
Julia Casals Martínez (Barcelona). Nadadora de la Selección Nacional hasta 2003.
Este artículo periodístico es solamente un extracto de la carta de las 14 nadadoras contra Tarrés en el que se pueden leer algunas de las acusaciones a la seleccionadora.
Todo se acompaña con una fotografía de Anna Arrés, con 45 años de edad, corrigiendo un ejercicio justo antes de los Juegos Olímpicos. (¡Observen su gesto!)
El asunto no es baladí ni de poca monta. Si es cierto todo lo que se dice (y a saber lo que además debió de decir durante esos 15 años de Seleccionadora Nacional de Sincronizada) el asunto no es grave… sino ¡muy grave!. Analicemos y reflexionemos con tranquilidad. Yo opino, libremente, algunas cosas. Por ejemplo, si la acusación hubiese sido por parte de una sola nadadora podría ser falso ya que podríamos pensar que era una suplente y estaba ofendida por ello y deduzco que si 14 nadadoras firman la carta no creo que 14 personas estén mintiendo. Por otro lado, mi colega J. Quiroga sabe que, antes de informar algo tan gravísimo, es necesario docuemtnarse muy bien y contrastar lo que se dice con la realidad. Todo buen periodista y toda buena periodista siempre comprueba la veracidad de un asunto tan grave antes de hacerlo público. Luego se deduce, por este lado, que es verdad lo que se cuenta en la carta.
No es que se trate de desvalorizar el trabajo de 15 años y todos los éxitos conseguidos, sino de algo mucho más humano e importante que conseguir medallas. Se trata del trato vejatorio de unas damas (muchas de ellas hasta incluso menores de edad) que indigna a cualquier persona por muy poco humana que sea cualquier persona.
Asi no se trata a una dama. Es posible que la citada Anna Tarrés, y esto es otra opinión subejtiva mía, basada en deducciones sobre el hecho objetivo, que esta ex seleccionadora sea partidaria del independentismo catalán (por eso se negaba a explicar en castellano lo que la nadadora no entendía porque no sabía catalán). También es verdaderamente brutal y hasta incluso animal decir lo que le dijo a la nadadora de 14 años de edad y delante de otro numeroso grupo de niñas todavía menores de edad, ¡Y qué es lo que diría si estuvo durante 10 minutos expresando burradas y animaladas de ese estilo! Podemos imaginarnos lo que diría a la inocente niña por el simple hecho de no haber realizado bien un ejercicio.
También podríamos pensar y analizar que quizás estuviese celosa de la belleza física de todas o algunas de las nadadoras y, en este caso, podríamos hasa pensar, reflexionando con cierta lógica, que podría ocurrir que Anna Tarrés forma parte de esos grupos de ultra feministas o feministas radicales que no soporta ver a ninguna niña o mujer que sea guapa y, sobre todo, femenina… como sí hemos comporbado que son las chicas de la Sincronizada de España. Si es una ultra femenista o femenista radical no es extraño que, a pesar de los éxitos obtenidos, las odiase por ser femeninas. Deduzco que un machista, si se le echa una buena bronca, es capaz de corregirse pero una feminista radical o ultra feminista (si es el caso de Anna Tarrés e informo que es solamente una deducción subjetiva mía que la baso en los hechos reales, verídicos y creíbles) es casi imposible que se corrija a no ser que se la pele al cero (ya que son tan partidarias de convertir a las bellas niñas o mujeres en “machorras”) hasta que se vea en el espejo lo feo que es ver a una mujer con la cabeza más rapada que una calavera.
No es broma. No es cuestión de usar chistes fáciles; pero ciertos asuntos tan gravísimos necesitan ser meditados en profundidad, e incluos añadiendo un poco de humor crítico, para poder comprender cómo una persona puede perder la categoría de persona y convertirse en una especie de animal de dos patas. Si todo lo publicado es cierto, verdadero y creíble, las autoridades deportivas e incluso los jueces civiles no pueden quedarse con los brazos cruzados como si no hubiese ocurrido nada… ¡durante 15 años! ¿Cómo es posible que durante 15 años no se diese cuenta nadie de lo que estaba ocurriendo en el seno de la Sincro española?
Lo de decir “esto es una dictadura y yo soy la dictadora” convierte a una persona, si es cierto que lo dijo, en un animal parecido a Hitler o Stalin por poner solamente dos ejemplos claros y específicos de lo que es ser un dictador o una dictadora.
Podría estar relfexionando durante muchas horas más… pero voy a terminar por pensar lo siguiente: si lo más feliz que le podría suceder a todas estas nadadoras era conseguir medallas mundiales y olímpicas, estarían tan contentas y felices que jamás hubiesen escrito una carta de tanta gravedad. Luego se deduce que algo oculto estaba sucediendo en su entorno. ¿Quién silenció a estas nadadoras cuando, algunas veces, denunciaban lo que estaba sucediendo. Nadie que consigue una medalla escribe una carta así… ¡y han sido 14 las nadadoras que han firmado la carta!. Anna Tarrés es culpable de gravísimos insultos y asaltos a la honra de seres humanos y, además, de graves violaciones verbales a niñas menores de edad incluyendo asuntos tan graves como los abusos de “carácter sexual o sexista o como quieran llamarlo los jueces).
Se estará hablando mucho sobre este gravísimo asunto y habrá que investigar quién o quiénes son los responsables y culpable empezando por Anna Tarrés. Parece mentira que Anna Tarrés, si es cierto todo, haya caído tan bajo; sobre todo teniendo en cuenta el “curriculum” que de ella aparece en Wikipedia y que paso a transcribir para seguir reflexionando sobre algo que parece insólito si no fuese verdadero:
Anna Tarrés Campa (Barcelona, 1967) es una deportista catalana. Es entrenadora de natación sincronizada del Club Natació Kallipolis y fue la máxima responsable de la selección española de natación sincronizada desde 1994 hasta 2012. En 1979 comenzó a practicar esta disciplina en el Club Kallipolis y seis meses después ya disputaba el Campeonato de España. Pronto se convirtió en la mejor nadadora española de la época, participando en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 y en el Campeonato Mundial de Natación de 1986. En 1988 se retiró, dispuesta a popularizar la natación sincronizada. En 1994 entró a colaborar con la selección española y en 1997 se puso al frente de ella. Desde entonces ha conquistado 13 medallas en Europeos, otras tantas en Campeonatos del Mundo y en Juegos Olímpicos, y ha situado a España entre las potencias mundiales en esta disciplina. En 2008 recibió la Creu de Sant Jordi. El 6 de septiembre de 2012 fue destituída del cargo de seleccionadora para sopresa de todos y desde entonces se han sucedido las polémicas sobre sus métodos de entrenamiento a raíz de las declaraciones de dos de sus ex nadadoras: Paola Tirados y Cristina Violán. Posteriormente, 15 ex nadadoras de la selección española de natación sincronizada publicaron una carta abierta bajo el título “Cuando se puede evitar un mal es necedad aceptarlo”, en el que denunciaban las técnicas empleadas por Anna Tarrés.
Yo, al reflexionar, llego a muchas conclusiones, sin dejar de lado la envidia que quizás tenía sobre la belleza de “sus chicas”. Y digo “sus chicas” porque por lo denunciado quizás se creyera que eran propiedades privadas de ella. Y quien quiera entender esto último que entienda lo que quiere decir…
Hola Diesel.
En mi opinión, creo que los buenos tratos dejan mucho que desear en un mundo de niñas-mujeres a las que no se les deja crecer
ni física ni psicológicamente.
No creo que esto pase solo en la natación, desde luego.
La manipulación a la que se ven sometidas estas niñas, me parece deleznable.
Si todo esto es cierto ( ahora Anna Tarrés ha denunciado al presidente de la federación)………apañaos estamos!!
Medallas gloriosas: para quién??
Abrazo
Tienes toda la razón Marian en tu preciso y precioso comentario. Ahora me he enterado que Anna Tarrés va a demandar al un tal Fernando Carpena. Mañana yo seguiré reflexionando ahora desde el punto de vista de Anna Tarrés… pero lo curioso es que lo más grave del asunto (lo de la niña de 14 años de edad) es que nadie quiere hablar de eso. Mañana publicaré “Así no se trata a una dama ” (2) porque alguien debe estar diciendo la verdad y alguien debe estar diciendo mentiras. Yo, desde el punto de vista imparcial, me gustaría saber si lo que le dijeron a la niña de 14 años de edad fue cierto o no fue cierto… porque para mí, aceptando lo que tú dices que ganar medallas a ese precio no merece la pena ganarlas porque es más importante la honra y dignidad de las personas, lo que me parece más grave de todo lo sucedido (si es verdad que sucedió) es la vejación y violación sexual (aunque sea verbal) a una niña de 14 años es tan gravísimo que ahora ni Anna Tarrés ni Fernando Carpena hablan de este asunto. Y eso sí que es importantísimo de aclarar. Las medallas no tienen ningún valor si las personas sufren estas humillaciones hasta el punto de denigrarlas. Mañana seguiré reflexionando de manera imparcial pero en este asunto de la niña de 14 años es una cobardía estar callado o estar callada y no es ese mi estilo. Gracias por leer y comentar y un beso amistoso, Marian.
Vaya entrenadora. Tal vez hizo falta fue una nadadora con carácter fuerte que abandonara la practica y creara un motín en el momento para destituirla, ejercer presión o lo que fuese necesario con los superiores. Algo escondido debe haber, ya que no es posible que nadie supiera nada. No importa cuantas medallas puedan obtener, la dignidad de cada ser humano vale mucho más. Mayores logros se alcanzan con motivación. Lo bueno es que se ha destapado el asunto, es una lastima que Anna Tarrés con su experiencia tuviera que salir por la puerta de atrás y que no supiera cómo tratar a una dama.