Pienso en ellos constantemente,
sangre de la que quiero solo dicha.
Cada día los veo en mi mente,
están como el cielo a la flor.
El día es como la niñez inocente,
la tarde como la juventud esperanzada
y la noche como los años de experiencia.
Cada uno, único y lleno de pureza,
la música de sus corazones
destella paz porque sobre ella están.
Su presente es su ayer y su mañana,
su ayer no existe y su mañana vive.
Pienso en ellos como en ti,
mi camino de la tarde.
Caminar siempre es un movimiento y la vida sin movimiento es yacer en lo inmóvil. El día, la tarde, la noche… caminamos siempre las 24 horas de cada jornada y, en realidad, si deseamos ser es mejor existir durante las 24 horas de cada jornada. Un abrazo sincero.
tus palabras ciertas Diesel 🙂
te regreso ese abrazo sincero
Hastsa pronto