Voy andando entre las hierbas contigo a mi lado. Son días claros, con un sol resplandeciente y todo lleno de flores. Repentinamente sale una águila enorme que se te lleva, y yo me quedo aquí sola mientras lloro y chillo por haberte perdido. No sé a donde ir. Las flores se han vuelto matorrales secos, el sol en tormenta y mi vestido blanco en un vestido lleno de sangre y estripos.
Corro entre los matorrales en busca de una cueva en donde refugiarme. Creo que allí me secaré y me resguardaré de la lluvia, al menos por un tiempo.
Dejo que todo transcurra poco a poco, tormentándome a cada segundo hasta que al cabo del tiempo veo una luz fuera de la cueva. Nunca antes había salido de allí desde que entré.
El sol me atrae y deja que salga, pero una vez fuera veo a lo lejos un huracán. ¿Por qué me tiene que pasar a mi? Me voy corriendo hacia la cueva y veo como todo pasa mientras yo estoy aquí encerrada por mi propia voluntad. Cuando ya ha pasado el huracán veo otra luz, pero esta vez mucho más intensa que la anterior.
Salgo a fuera. Veo las flores y el sol que años atrás me había acompañado. Esta fragancia, esta sensación me trae buenos recuerdos. A lo lejos te veo. ¿Eres una ilusión? Corro hacia ti y te abrazo. No,no eres ninguna ilusión, vuelves a ser tu. Espero que esta vez no te vuelvas a ir sin mi.
Muy bonito tu texto,debes de querer mucho a alguien para escribir así;me alegro que te decidieras a mandar algo.
Un saludo.