Ahora que no me lees

Te voy a escribir esto,
ahora que estoy segura
de que no me lees,
porque,
aunque ni lo imagines,
muchas veces cuando te miro,
se leen frases en mi cabeza
que incluso en ocasiones
me sorprenden solas deletreándose:
un beso, un beso, un beso…


Te voy a escribir ahora en un ratito,
esto que aquí adentro habla
a base de tenerte cerca,
porque a veces te miro fija,
sin darme cuenta, y me quedo
absorta en las palabras que se oyen
aquí, muy adentro:
tus labios, tus labios, tus labios.
Y me siento tan libre aquí metida,
tan imaginativa de golpe,
(mirándote solamente…)
que, al pronunciarse solas,
a algunas se les escapa
la sensación unida a ellas:
tu boca, tu boca tu boca…
¿Pero y tú quién eres?
quién eres, quién eres, quién eres…

Si pudieras pretender leerme
como leo yo tu boca,
letra a letra,
como yo lo hago,
beso a beso,
como yo lo hago,
si pudieras pretenderlo así
como yo lo hago…

Ahora que todavía no me lees
me apetece
leérmelo a mí en alto:
sólo un beso, sólo un beso, sólo eso,
un besito pequeñito,
de estos tan bonitos,
que suenan a pajaritos piando:
pío, pío, pío..
ay, por dios,
pequeño
un besito pequeño,
sin suciedades mentales
ni pretensiones mayores,
mientras dejan de hablar
los de la barra,
mientras para en seco
el paso de la camarera
y el trago del borracho
se detiene en la garganta.
Un momentito escaso,
un momentito…
si pudieras pretender un beso
como yo lo hago
dejaría de leerte en bajito
para que pudieras leerme
tú también a mí.

2 comentarios sobre “Ahora que no me lees”

  1. Muy intenso. Me parece pleno de sinceridad y de expresividad latente. Más allá del propio texto descubro una candente sensación de presencia. Me gustó por eso, por lo que tiene de contenido concreto y esencial.

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