¡Un grito en la madrugada! Pared con pared vivo junto a Alberto. Tiene cuatro años y ya simula ser feliz, porque le han dicho que lo sea, que aproveche la vida de niño antes de ser hombre. Este ser hombre equivale a cumplir los once o doce años, porque aquí se empieza ahora la existencia que se ausenta de los miedos. Alberto grita asustado. Tiene pesadillas y cree ver a mónstruos vestidos con bata blanca, que le san los dientes y le obligan a comer pan integral. Alberto no sabe cómo ahuyentarlos: sólo grita y se despierta llorando. Su hermano Miguel le quiere mucho y le abraza para que no piense en nada que no sea bonito. Alberto juega en plaza bordeando los árboles, con su bici nueva y el pantalón vaquero. La vida va con él, y los miedos los colecciona, porque´así empiezan las historias más humanas.