Temo el día…
en el que mis ojos dejen de verte.
Temo el día…
en el que mi sonrisa deje de reírte.
Temo el día…
en el que mis besos dejen de besarte.
Temo el día…
que de mi mente te puedas ir.
Tanto he temido ese día,
que ahora a llegado,
dejando mi corazón roto,
y mi sueño destrozado.
Tanto he temido ese día,
que empiezo a perder tu rostro,
tus ojos, tus labios, tu risa…
Todo… empieza a estar borroso.
Me esfuerzo por mantenerte en mi mente,
pero no puedo,
pues necesito volver a verte,
para crearte de nuevo.
¡Maldito sea el día
que te cruzaste en mi camino!
¡Maldito sea el día
que nos conocimos!
Ahora sé,
que me has olvidado.
Pero también sé,
que te seguiré esperando.
Bel, una enamorada de un futuro policia.